
Telescopios del mundo lo alertan: Un coloso interestelar llega al Sistema Solar
El cometa 3I/ATLAS, proveniente del espacio interestelar, ofrece una oportunidad única para estudiar otros sistemas estelares
Un nuevo objeto interestelar, identificado como 3I/ATLAS, ha irrumpido en el Sistema Solar, captando la atención de astrónomos de todo el mundo. Detectado por el sistema de telescopios ATLAS en Chile, este cuerpo celeste, el tercero de origen extrasolar confirmado tras ‘Oumuamua y 2I/Borisov, promete revelar secretos sobre los confines de la galaxia. Su paso, aunque breve, está movilizando esfuerzos científicos globales para descifrar su naturaleza y origen.
Un cometa de proporciones colosales
Catalogado inicialmente como A11pl3Z, 3I/ATLAS ha sido clasificado como un cometa interestelar tras detectarse una débil envoltura gaseosa, o coma, que sugiere la presencia de hielos sublimándose por la cercanía al Sol. Con un núcleo estimado entre 10 y 30 kilómetros de diámetro, este objeto destaca por su tamaño entre los visitantes interestelares conocidos. Su velocidad de 68 km/s (unos 245.000 km/h) y su órbita hiperbólica confirman que no pertenece a nuestro sistema estelar, sino que proviene de regiones lejanas del espacio.
En la actualidad, 3I/ATLAS se encuentra a unos 670 millones de kilómetros del Sol, entre las órbitas del cinturón de asteroides y Júpiter. Los cálculos indican que alcanzará su punto más cercano al Sol el 30 de octubre de 2025, a 1,4 unidades astronómicas (aproximadamente 210 millones de kilómetros), dentro de la órbita de Marte. En diciembre, pasará a unos 270 millones de kilómetros de la Tierra, una distancia que lo hace seguro pero accesible para observaciones detalladas.
Un fósil del espacio profundo
Los objetos interestelares son como mensajeros de otros sistemas estelares, preservando en su composición las condiciones de los lugares donde se formaron. A diferencia de los cometas locales, que han sido alterados por millones de años orbitando el Sol, 3I/ATLAS ofrece una oportunidad única para estudiar materiales prístinos de otra región de la galaxia. Los científicos esperan que su análisis revele información sobre los procesos de formación planetaria y la posible presencia de compuestos orgánicos, clave para entender si los ingredientes de la vida son comunes en el universo.
Observatorios como el Instituto de Astrofísica de Canarias, el Observatorio de Mauna Kea y el sistema ATLAS en Hawái están trabajando en conjunto para recopilar datos. Las imágenes iniciales muestran una tenue cola cometaria, señal de actividad que podría intensificarse en los próximos meses. Mediante espectroscopia, los astrónomos buscan identificar los elementos químicos del cometa, desde agua y metano hasta posibles moléculas complejas.
Un esfuerzo colectivo sin precedentes
El descubrimiento de 3I/ATLAS es un logro del sistema ATLAS, diseñado para detectar objetos celestes en movimiento rápido, pero también refleja la colaboración global en la astronomía moderna. Astrónomos profesionales y aficionados han trabajado juntos, revisando datos de archivo para rastrear la trayectoria del cometa desde finales de junio. Esta sinergia ha permitido confirmar rápidamente su naturaleza interestelar y planificar observaciones futuras.
Se espera que 3I/ATLAS permanezca observable hasta principios de 2026, cuando su órbita hiperbólica lo aleje definitivamente del Sistema Solar. Durante este período, telescopios de última generación, como el Gran Telescopio Canarias, capturarán datos cruciales sobre su estructura y dinámica, maximizando el valor científico de este encuentro único.
Un vistazo al universo lejano
El paso de 3I/ATLAS no solo es un hito para la ciencia, sino también un recordatorio de la inmensidad del cosmos. Este cometa, que ha viajado a través del espacio interestelar, trae consigo pistas sobre la formación de sistemas estelares distantes. Mientras los científicos lo estudian con entusiasmo, su presencia insta a mirar más allá de nuestro Sistema Solar.
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