
Generación Z le da la espalda a las apps de citas: prefiere conectar en la vida real
La necesidad de experiencias auténticas están empujando a los jóvenes a dejar de lado aplicaciones Tinder o Bumble
Durante más de una década, las apps de citas marcaron la forma de conocer a alguien. Desde Tinder hasta Bumble, hicieron del match una experiencia tan común como pedir comida por delivery. Sin embargo, una nueva tendencia emerge con fuerza: la Generación Z ya no quiere seguir deslizándose entre perfiles que prometen más de lo que entregan.
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Un reciente artículo de Fortune, replicado por Infobae, plantea que plataformas digitales como estas están perdiendo relevancia entre los más jóvenes. El desgaste emocional, las conversaciones repetitivas y los encuentros decepcionantes han provocado una especie de “burnout romántico” en usuarios que, en lugar de encontrar pareja, terminan más cansados que enamorados.
“Los chicos quieren conexiones sin filtros”, dice una experta
Para la psicóloga clínica Paola Cercado, esta transición es completamente natural: “Las apps de citas tuvieron su boom, su momento, pero se pudo percibir que muchas personas terminaron más cansadas que enamoradas. Recordemos que la modalidad de las aplicaciones es deslizar, repetir el ‘hola, ¿cómo estás?’ miles de veces y, al final, pocos vínculos reales”, afirma.
Según Cercado, los jóvenes de hoy están cambiando la pantalla por espacios que les permitan conectar cara a cara, sin filtros ni expectativas editadas.
“En un grupo de CrossFit, de baile o en una clase de pintura, no solo entrenan el cuerpo o el arte, también entrenan la posibilidad de conocer gente sin necesidad de ‘maquillar la realidad’ para agradar”, sostiene.
La generación Z abandona las ‘apps’ de citas y vuelve al cara a cara https://t.co/ktqqCsHqol
— El Financiero (@elfinancierocr) January 15, 2025
De lo virtual a lo vivencial: menos swipe, más risa compartida
El desgaste de las plataformas digitales también responde a un cambio más profundo: la necesidad de experiencias humanas auténticas, sobre todo tras los años de hiperconexión y confinamiento que impuso la pandemia. Hoy, conocer a alguien en un ambiente real, donde se comparte una risa, un esfuerzo físico o una conversación sin emojis, parece más valioso que un corazón rojo en la pantalla.
“Ahí, sin darte cuenta, conoces a alguien que te gusta sin haber tenido que hacer match primero”, resume Cercado.
Aunque las apps de citas seguirán existiendo, su lugar en el ecosistema social está cambiando. Para una generación que creció hiperconectada, volver al contacto humano directo se ha convertido en un acto de rebeldía emocional. Y quizás, también, en la manera más sincera de volver a creer en el amor.