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Meteorito hallado en Oklahoma, Estados Unidos.Sam Noble Museum /Wikimedia Commons

Ganar la lotería o ser golpeado por un meteorito: ¿qué es más probable?

Conoce la historia del "meteorito Hodges" y las probabilidades de que un meteorito reciba tu nombre porque te golpeó

La caída de meteoritos sobre la Tierra es más común de lo que se cree. Se habla de decenas de miles que se dirigen a nuestro planeta todo el tiempo, pero estos se desintegran en la atmósfera. Sin embargo, unos 17.000 sortean ese obstáculo y tocan superficie cada año, según estudios de la Universidad británica de Manchester y del Imperial College de Londres.

De estos cuerpos espaciales, varios caen en el campo, en la ciudad, en lugares desolados. No obstante, algunos caen sobre autos, como es el caso de una mujer en Peekskill, Nueva York, quien en 1992 vio su auto golpeado tras la caída de un meteorito. Felizmente, ella no resultó herida. Así quedó el auto:

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Meteorito caído en Peekskill.NASA

Lo mismo no puede decir Ann Hodges. Corría el 3 de noviembre de 1954, esta mujer estaba durmiendo en el sofá de su casa, en Sylacauga, Alabama, cuando un meteorito de unas nueve libras, algo de 4 kilos, perforó el techo, golpeó la radio y rebotó hasta su pierna.

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El "meteorito Hodges", que recibió el nombre de su accidental víctima, quien se hizo famosa de la noche a la mañana, solo dejó un visible hematoma en el muslo de Ann. Se puede ver en esta foto de que publicó la revista Time en un reporte del hecho.

Además de la popularidad, el golpe celestial le dejó a Ann Hodges problemas con la dueña de la casa, por los daños que causó el meteorito. La casera aseguraba que la piedra le pertenecía a ella, al ser la propietaria del inmueble, y no a Ann, que lo alquilaba.

Sin embargo, fue un vecino el que obtuvo más beneficios. Un pedazo del meteorito rebotó en su casa. Julius Kempis McKinney, el nombre del vecino, buscó asesoría, consiguió vender esa parte del meteorito Hodges y se compró un carro y una casa con el dinero, de acuerdo a Decatur Daily.

Ahora bien, volvamos a Ann Hodges. Tras la caída del meteorito, el profundo hematoma, las disputas legales y demás, el destino de la mujer de 34 años comenzó a tomar un rumbo inesperado.

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De acuerdo a Slate, la salud física y mental de Hodges se fue deteriorando. Se divorció de su esposo y murió de insuficiencia renal en un asilo de ancianos. Tenía 52 años.

La historia de Ann Hodges en 1954 está suficientemente documentada para decir que se trata del único caso en que un meteorito golpeó a un ser humano. Así las cosas, las probabilidades son pocas, poquísimas, de que algo así vuelva a pasar.

Es más, un científico hizo los cálculos correspondientes y halló que las probabilidades de morir por la caída un meteorito a lo largo de nuestra vida es de una en 1.600.000 (1: 1.600.000). Mucho menos que las de ser alcanzado por un rayo (1: 135.000). Sin embargo, hay más opciones de que nos caiga un meteorito que ganar una de las loterías más populares de Estados Unidos, que es de 1: 195.249.054.