
Reproducción histórica de dos especies de aves
En Galápagos e registra recuperación del pájaro brujo y pinzón de manglar
El archipiélago de Galápagos registra una reproducción histórica de dos especies de aves terrestres, principalmente del pequeño pájaro brujo (Pyrocephalus nanus), cuya población en la isla Santa Cruz muestra signos de recuperación, según informó la Fundación Charles Darwin (FCD).
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Paralelamente, continúan los esfuerzos para conservar al pinzón de manglar (Camarhynchus heliobates), una de las especies más amenazadas del archipiélago, situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas.
Estos resultados son producto del trabajo conjunto entre la FCD, la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) y aliados internacionales, junto con condiciones ambientales que favorecieron la actividad reproductiva de diversas especies.
Hay poca población de estas especies
El pájaro brujo, antes común en la parte alta de la isla Santa Cruz, sufrió un descenso poblacional durante las últimas décadas. Actualmente se estima una población de entre 30 y 50 individuos, concentrados en una zona reducida cercana al sitio de visita Los Gemelos.
Por otro lado, el pinzón de manglar habita únicamente en dos parches aislados de manglar en la costa occidental de la isla Isabela, la más grande del archipiélago. En la temporada 2025 se registraron ocho volantones provenientes de 12 parejas reproductoras en 19 intentos de anidación. Según los registros de monitoreo de 2023, la población de esta especie se estima en 62 individuos, lo que la convierte en el ave más escasa de Galápagos.
Entre las principales amenazas de estas especies se encuentran plantas invasoras como la mora y el saúco, la depredación por fauna introducida como ratas y gatos, y el parasitismo por parte de la mosca vampiro aviar.
Desde 2014, la FCD y la DPNG han implementado una estrategia de conservación centrada en la remoción de especies vegetales invasoras, la restauración del hábitat y el tratamiento de nidos para reducir el impacto del parasitismo.
Además, el inicio temprano de la temporada, influenciado por condiciones climáticas más cálidas, coincidió con una mayor disponibilidad de hábitat restaurado, indicó la DCD en un comunicado.
En 2024 se incorporaron 7 hectáreas adicionales de bosque de Scalesia restaurado, alcanzando un total de 17 hectáreas libres de mora y saúco, lo que facilitó la alimentación y reproducción de las aves, así como la conectividad mediante corredores ecológicos.
También se reportó una reducción en los casos de parasitismo, un resultado que se atribuye a la implementación de dispensadores con material tratado con insecticida, ubicados cerca de las zonas de anidación, que las aves utilizaron para construir sus nidos.
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