Un enemigo puede ser nuestro mejor maestro.
Un enemigo puede ser nuestro mejor maestro.pixabay

Mente positiva: El mejor maestro

La confrontación con un enemigo puede dejarnos valiosas lecciones. Vivimos en una sociedad que está obstinada con tener la razón

La palabra enemigo no me gusta. Me suena conflictiva, agresiva y cerrada. Sin embargo, esta semana -durante una entrevista con la revista estadounidense Rolling Stone- la dijo el líder espiritual Dalai Lama en un contexto totalmente diferente. Una manera más agradable.

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A su criterio, el enemigo es el mejor maestro que puede tener una persona. Se trata de alguien con quien no compartes aspectos positivos y no hay una buena relación. Por eso precisamente, el enemigo puede enseñarte valores como la compasión, la tolerancia y la comprensión.

No solo eso, quien no está de acuerdo contigo puede enseñarte otros puntos de vista y, siempre que estés dispuesto a aprender antes que al conflicto, hasta puede ayudarte a mejorar tu vida.

El enemigo, sin tratar de generalizar y entendiendo que los niveles de distancia entre criterios y personas pueden ser elevados, es alguien que se opone a tus principios y tus verdades. Es alguien que por definición cree que no tienes la razón.

Y eso también es positivo. Vivimos en una sociedad que está obstinada con tener la razón. En redes sociales como Twitter, todos creen tener la verdad absoluta y critican a quienes no coinciden con 'su razón'. Una práctica que considero altamente negativa.

Yo no creo tener toda la razón, mi verdad no es una verdad absoluta. Siempre he creído que una historia tiene tres versiones: la mía, la tuya y la verdad.

No es mi afán tener siempre la razón. La razón no es un texto escrito en piedra a la que solo unos pocos pueden acceder. Es una afirmación que mañana puede cambiar y ya no estará en manos de quien se creía.

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Pienso firmemente que más que buscar siempre la razón se debe cuestionar constantemente lo que se cree. Dudar y escuchar a tendencias o ideas opuestas a las nuestras puede nutrir nuestra mente más que la terquedad de creernos infalibles.

La lealtad a la razón absoluta es un error, desde mi percepción. Lo que debemos generar es una lealtad a nuestros principios, a los valores e ideales para ser un mejor ser humano para ti y para los demás.