
Lo que come mamá lo recibe el bebé: por qué la nutrición materna es clave
La lactancia materna es una herramienta poderosa para prevenir enfermedades y fortalecer el vínculo madre-hijo
Durante la etapa de lactancia, la nutrición de la madre cumple un rol fundamental tanto en su bienestar como en la calidad de la leche que produce. Aunque la leche materna contiene todo lo que el bebé necesita para crecer sano durante los primeros meses de vida, su composición puede variar de acuerdo con los nutrientes que la madre recibe a través de su dieta diaria. Una alimentación equilibrada no solo favorece la producción de leche, sino que también ayuda a la madre a recuperarse del parto, mantener su energía y prevenir deficiencias nutricionales.
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, especialistas en salud materno-infantil recuerdan que apoyar la lactancia también implica cuidar la alimentación y el entorno físico y emocional de quien la sostiene. “La alimentación en la lactancia es tan importante como lo es durante el embarazo.
La madre necesita reponer nutrientes, producir leche y, al mismo tiempo, cuidar su propia salud física y mental. Una dieta variada, con fuentes de proteínas, grasas buenas, carbohidratos complejos y una buena hidratación, marca la diferencia para ambos: madre e hijo”, explica Byron Espinoza, nutricionista de la Clínica Internacional.
Cifras que hablan de la importancia de lactancia
En Ecuador, según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), el 84,6% de los recién nacidos recibe lactancia materna en la primera hora de vida. Sin embargo, apenas el 38,8% de los niños mantiene lactancia exclusiva hasta los seis meses. La falta de información, apoyo y acompañamiento profesional figura entre las principales razones de este descenso, lo que evidencia la necesidad de fortalecer campañas educativas y de concienciación.
La producción de leche materna incrementa las necesidades energéticas de la madre en alrededor de 400 a 500 calorías adicionales al día. Más que comer en exceso, se trata de elegir bien los alimentos. Los expertos recomiendan incluir proteínas de alta calidad presentes en legumbres, huevos, carnes magras, pescado o tofu, pues favorecen la regeneración celular.
La alimentación, clave para la madre
Las frutas y verduras frescas aportan fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales, mientras que las grasas saludables del aguacate, frutos secos, semillas y aceites vegetales resultan claves para el desarrollo cerebral del bebé.
También se aconseja el consumo de cereales integrales y carbohidratos complejos como arroz integral, avena, quinua y pan integral, así como fuentes de calcio como leche, yogur, quesos o alternativas vegetales fortificadas. A esto se suma el agua en abundancia, indispensable para mantener una producción de leche constante.
Mitos que persisten en la lactancia
Contrario a algunos mitos, la mayoría de los alimentos no alteran negativamente la leche materna. A menos que se observe una reacción específica en el bebé, no hay necesidad de eliminar verduras como el brócoli o legumbres como las lentejas.
Sin embargo, los especialistas insisten en que se debe evitar el consumo de alcohol, limitar la cafeína a niveles moderados y tener precaución con pescados que contienen altos niveles de mercurio. También es recomendable no seguir dietas restrictivas sin supervisión médica ni recurrir a suplementos “naturales” sin la debida indicación profesional.
La lactancia materna es una herramienta poderosa para prevenir enfermedades y favorecer el desarrollo saludable del bebé. No obstante, su éxito depende también del estado emocional y del entorno de la madre. Garantizarle apoyo familiar, asesoría profesional y un espacio para descansar y alimentarse adecuadamente es clave para sostener este proceso que impacta de manera positiva en la salud de toda la familia.