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Jacqueline Moncayo
Jacqueline Moncayo tiene una trayectoria de más de 30 años como fabricante de ropa.cortesía

Jacqueline Moncayo, arte y lujo en cada pisada

Su línea rescata la herencia cultural. Los tacones laminados en la técnica pan de oro de 24 quilates son los protagonistas.

Desde el primer momento que se aprecian sus zapatos, estos denotan ser una obra de arte. Aquellas suelas graban el nombre de Jacqueline Moncayo, diseñadora y empresaria ecuatoriana, cuya relación con la moda está muy ligada con el calzado

Ella ha sido capaz de plasmar en cada fabricación el talento y la herencia cultural de dos naciones: Ecuador y España.

“Es una línea que no solo ofrece un zapato, sino una historia para ser llevada al más alto lujo”, expresa la creativa al iniciar el diálogo con SEMANA.

Entre anécdotas, nos va adentrando en su vida y los procesos de creación de la marca que lleva su nombre, la cual ha ganado aceptación tanto a nivel nacional como internacional.

Posicionando el tacón de oro

En su vida nunca es tarde para cristalizar los sueños. “A mis 54 años de edad tomo la decisión de estudiar otra vez”, narra sobre su formación como diseñadora. Antes de eso estuvo dedicada por más de treinta años a ser fabricante de moda para grandes tiendas departamentales del país.

Es entonces que, en su interés por profesionalizarse, su vida da un giro de 180 grados.Viajó a Madrid para estudiar en el afamado Instituto Europeo de Diseño, donde empezó el curso de accesorios, bolsos y joyería, y terminó en el máster del rubro del zapato.

Revela que para la producción de su marca tuvo que viajar a Elda, en Alicante, pueblo que es la cuna del sector calzado en España. “En cada uno de los procesos cuido que tenga la mejor calidad. Los materiales son italianos, la fabricación española y luego los traigo a Ecuador para que tengan nuestra artesanía. La idea es que no se pierdan estas técnicas y queden de herencia”.

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Es así que materiales como el yeso, láminas de oro de 24 quilates, nácar, pieles (que mudan pitones certificados) y diferentes tejidos toman forma en cada diseño, exaltando los detalles y el trabajo artístico.

Asimismo, cuenta con el trabajo de artesanos de la parroquia San Antonio de Ibarra. “Aquí se tallan y trabajan los tacones con el laminado de pan de oro. Es una de las localidades de Sudamérica que aún preserva esa técnica, herencia de la Escuela Quiteña”.

Al día de hoy, con casi dos años de creación de la marca, la aceptación ha sido tanto a nivel local como en el exterior. Madrid, Dubái y Beverly Hills son algunas de las ciudades donde Moncayo ha despertado el interés de reconocidas tiendas.

“El camino para competir con Gucci, Prada o Salvatore Ferragamo podrá ser largo, pero hacia allá vamos”, dice segura.

Jacqueline Moncayo
Diseño de Jacqueline Moncayocortesia

Desde lo virtual

“Internet es el futuro. Desde ahí también se puede transmitir la energía del producto porque se vende el trabajo que hay detrás”, dice sobre las ventajas de lo virtual.

Y aquello lo sugiere a los emprendedores. “Te ahorras los números que se necesitaban antes para mantener una tienda o hacerte conocer. Si tiene un buen producto y sabe manejar la parte comercial, las puertas del mundo se abren”.

Sin duda, Moncayo es ejemplo de una creativa que empezó con su emprendimiento y actualmente tiene una marca que crece organizadamente y rompe fronteras.

Jacqueline Moncayo
Jacqueline Moncayocortesía

El gran valor artesanal

Cada diseño es una fusión cultural de Europa y América. Aquella herencia es lo que le otorga ese lujo a cada calzado.

Es que para Jacqueline, todo lo que se haga debe tener un valor agregado y eso no tiene que ver con el precio. “Las marcas deben estar a la altura de poderse vender en cualquier parte del mundo donde nos compren, no por ser baratas sino por la calidad y el diseño”.

Por eso, en sus creaciones resaltan las técnicas. Desde el enchapado en láminas de oro, inspirado en el estilo barroco de las catedrales quiteñas, hasta el troquelado en nácar que toma como influencias los palacios de Alhambra de Granada, son algunas de las que destacan y ofrecen ese añadido invaluable que trasciende y acompaña el caminar femenino.

Sobre sus retos durante la pandemia, explica que en este tiempo ha realizado microeventos con un máximo de cinco clientes, manejando nuevas modalidades de venta. “He decidido poner los mismos precios de fábrica para darle la oportunidad al consumidor de que compare valores. Si un zapato en la tienda está en $ 580, en un evento mío cuesta $ 240”, ejemplifica.

De allí que, quien camine con sus creativos zapatos va marcando la diferencia.

En confidencia

  • Su clave del éxito: Dar ejemplo. Eso es lo mejor que puedo compartir con mi equipo. Que me vean trabajando desde mi esencia.
  • Su inspiración: Coco Chanel, por el hecho de romper barreras y prototipos. Así somos las mujeres una vez que encontramos nuestra pasión.
  • Su meta: Llevar la artesanía al lujo; y que a nivel mundial se la valore por todo el trabajo que implica.

Personal

  • Cuencana de 58 años.
  • Estudió diseño de accesorios, bolsos y joyería en el Instituto Europeo de Diseño de Madrid, y posteriormente el máster en Calzado.
  • Ha sido protagonista del Encuentro de Moda, Arte y Lujo organizado por la revista Woman Madame Figaro.
  • Tiene una trayectoria de más de 30 años como fabricante de ropa.
Jacqueline moncayo
Su meta es llevar la artesanía al lujocortesía