Inestabilidad emocional.
Inestabilidad emocional.Shutterstock

La inestabilidad emocional influye en su peso

Alto al mal manejo del estrés, ira o tristeza. Refugiarse en la comida sí afecta en el número que refleja la balanza.

Andrea Montenegro, de 27 años, era una joven que constantemente se sometía a dietas estrictas, pero nunca lograba culminarlas con éxito debido a los atracones de comida que se daba luego de sus jornadas de trabajo. “El alto nivel de estrés y responsabilidades que tenía a mi cargo, hacía que comiera dulces para sentirme bien. Con el tiempo me di cuenta de que eso era lo que evitaba que bajara de peso”, recuerda.

Es la realidad de muchas personas que, como Andrea, están en esa lucha interna por obtener un mejor estado físico (sea por salud o estética), pero que se trunca a causa de su inestabilidad emocional. Así lo menciona la psicóloga Cecilia Viteri, quien explica que la forma en que la persona se alimenta tiene relación directa con las emociones, por lo que es necesario aprender a canalizar los momentos de ira, frustración, pena o estrés para evitar refugiarse en la comida no saludable.

“La grasa y el azúcar aumentan la liberación de dopamina y aunque al inicio ese estímulo genera una sensación positiva de gratificación, placer y alivio al malestar o sentimiento negativo que tenía, ese consuelo es momentáneo”, advierte Viteri. A largo plazo, la persona tiene el riesgo de sentir culpa y arrepentimiento. Y la mala alimentación se verá reflejada en su aumento de peso. “Si no trabaja en su estabilidad emocional para solucionar los problemas, seguirá en un círculo vicioso que lo hará querer comer más y más”. 

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Cómo iniciar un cambio

Si cuenta con un mal hábito alimenticio por no saber regular las emociones, cuando tenga un antojo por azúcar o grasa, reemplace los dulces por opciones más saludables (como las frutas). Trabajar en la autoestima, autoconocimiento y autoaceptación es clave para aprender a responder ante los conflictos. Además, aprenda a tolerar el malestar a través de actividades que le generen emociones positivas, lo distraigan y le permitan aprender algo nuevo, como hacer deporte, leer un libro, dar una caminata, escuchar música o escribir un diario.

El mindfulness (técnica de relajación que se deriva de la meditación) ayuda mucho para practicar la consciencia plena y evitar los impulsos. Ir al psicólogo también puede ser de gran ayuda, para hablar de sus problemas y encontrar la raíz de ellos. Viteri hace un llamado de alerta a quienes presentan alguna desregulación emocional porque están en mayor riesgo de padecer un trastorno alimenticio.

Debe saber

Si bien es cierto que determinadas circunstancias emocionales influyen en el peso, es necesario un análisis integral de su salud para descartar alguna enfermedad.