
Día del Padre: el desfase entre emociones, marketing y paternidad en Ecuador
¿Por qué el Día del Padre no se celebra con la misma intensidad que el de la Madre? Una explicación con ayuda de expertos
En Ecuador, el Día del Padre suele pasar desapercibido en comparación con la emotiva celebración del Día de la Madre. Mientras las calles, los comercios y las redes sociales se llenan de homenajes para las madres, la figura paterna parece ocupar un lugar más discreto en el imaginario colectivo. ¿Por qué esta diferencia tan marcada en la forma de homenajearlos?
Aunque cada vez más padres se involucran en la crianza y en el cuidado emocional de sus hijos, aún persisten estereotipos culturales que limitan el reconocimiento público hacia su rol. En muchos hogares ecuatorianos, el padre continúa siendo visto principalmente como proveedor económico, lo cual reduce su visibilidad afectiva y social. A esto se suman factores como la biología del vínculo materno, los patrones de crianza y el enfoque comercial que prioriza lo que más vende: la imagen tradicional de la madre abnegada.
Este reportaje analiza desde una perspectiva sociocultural, psicológica y comercial por qué el Día del Padre no genera la misma emoción ni consumo que el de la Madre. Expertos, padres y testimonios aportan claves para entender cómo ha evolucionado —o no— la percepción del rol paterno en el Ecuador, y qué cambios aún están pendientes para equilibrar la balanza emocional en esta celebración.
Elián Chávez
Rol del padre en el núcleo familiar
La dinámica machista es clásica en la formación del núcleo familiar ecuatoriano. De acuerdo con Christian Arias Toscano, psicólogo clínico especialista en terapia de pareja, los roles familiares están automáticamente designados: se espera que la madre se encargue del hogar y los hijos, mientras que al padre se le asigna el papel de proveedor.
Esa visión ha dejado huellas profundas. Muchos hombres crecieron con frases como "los hombres no lloran", o "tienes que ser un hombre", perpetuando un modelo de padre distante. "El padre modela la forma en la que su hijo percibe la paternidad, que por lo general cae en el miedo o el autoritarismo", señala Arias. Transformar esta percepción implica pasar del miedo al respeto, y del proveedor al padre presente.
Elián Chávez, padre primerizo, lo resume así: "Tenemos la práctica común de ser reservados con nuestros sentimientos, sobre los que cargamos como las obligaciones y el estrés, a veces siento que no somos muy comunicativos". Su testimonio refleja los esfuerzos de una nueva generación por romper el silencio emocional heredado.
La biología también influye. La conexión entre una madre y sus hijos inicia desde el vientre y se refuerza con la lactancia, lo que crea un vínculo temprano más intenso. Esto ha reforzado la idea de que la figura primaria es la madre, relegando al padre a un segundo plano afectivo.
El Día del Padre y la influencia del marketing
Marcelo Naht Buljubasich
Esta diferencia también se refleja en el ámbito comercial. Históricamente, el tributo a la madre ha sido una estrategia de alto impacto para las marcas, que continúan explotando esa figura tradicional con ligeras actualizaciones. En cambio, el Día del Padre tiene una presencia mucho más discreta.
Marcelo Naht Buljubasich, máster en comunicación y director creativo, sostiene que "el hombre es más descomplicado con las fechas, ama ser padre, pero no es muy expresivo y le gusta la tranquilidad". Eso, en parte, explica por qué el mercado no lo aborda con la misma fuerza.
"Mientras el Día de la Madre suele tener una carga emocional, social y comercial mucho más fuerte, el Día del Padre pasa mucho más desapercibido. No es que uno merezca más que el otro, pero sí creo que la figura paterna no recibe el mismo nivel de visibilidad o gratitud", comenta Miguel Ángel Ozaeta, padre de tres hijos.
La comparación en el consumo es evidente: flores, serenatas, restaurantes llenos, ropa y chocolates para las madres; en cambio, televisores, herramientas o parrillas para los padres. "Si uno sale a un restaurante sin reservación el Día del Padre, va a encontrar mesas disponibles. En cambio, el Día de la Madre es imposible", concluye Naht.

Paternidades en transformación
Regularmente la imagen que se le da al padre en la publicidad es la de protector o cómplice, en contraste con la madre cuidadora. Mientras las campañas del Día de la Madre apelan a la emoción, las del Día del Padre suelen recurrir al humor o a la practicidad.
Miguel Ángel Ozaeta
"El Día de la Madre se centra en presentarla como cuidadora y fuente de vida, involucra llamadas y expresiones de cariño; mientras que el Día del Padre se enfoca más en compartir con la familia", dice Metri Véliz, padre de dos hijos.
Hoy, sin embargo, los roles están cambiando. Hay padres que se quedan en casa, otros que comparten la crianza en igualdad de condiciones. Las nuevas generaciones no se ven obligadas a ajustarse a un modelo de autoridad distante. Compartir tiempo, afecto y responsabilidades se vuelve parte esencial de su paternidad.
No obstante, el reconocimiento simbólico sigue rezagado. Christian Arias recuerda que "el reconocimiento es una necesidad humana", y su ausencia puede generar ansiedad o estrés. Aunque para algunos padres esta fecha no tiene un peso emocional fuerte, para otros representa un momento de validación importante.
"Para mí el Día del Padre significa el día que nacieron cada uno de mis hijos, ese día maravilloso, verlos sonreír, ese es el mayor momento del mundo. Para mí no solo es un día que me parece importante, me parecen importantes todos los días y me parece importante que mis hijos sean felices", comparte Leonardo Capella, padre de tres.
El reto está en lograr que esa transformación en la experiencia de ser padre también se refleje en cómo la sociedad celebra y valora su rol.
Para seguir leyendo EXPRESO sin restricciones, ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!