Pecas pasaba peleando con Iris y Manchitas casi todo el tiempo. La Casa de Gatos se había convertido en un ring para ellos. En la fundación Yo Amo Animales creían que aquello era porque Pecas estaba aburrida y que agrediendo a sus compañeros lograba descargar energías.

Había que buscar la manera de volver más amigable el lugar, así que desde noviembre pasado comenzaron a instalar por toda la casa gimnasios gatunos, que contienen cajas de madera, camas de ventana y escaleras que les ayudan a estar en desniveles. Algunos fueron ubicados a unos cuatro metros de altura.

Malala, Ringo y Manchitas son los más emocionados con llegar a lo más alto. Ellos son parte de los 30 gatos rescatados que la agrupación animalista cuida en este espacio y que están esterilizados, sanos y con sus vacunas al día.

Denise Caballero Aldás, voluntaria fundadora de Yo Amo Animales, cuenta que el gimnasio logró terminar con esas peleas continuas. “Ellos pasan más tranquilos y no se aburren, aparte de que nuestros voluntarios también juegan con ellos para ganarse su confianza”, cuenta. Muchos de los animalitos han pasado por duras historias de abandono y maltrato, por lo que les cuesta relacionarse.

Los miembros de la agrupación toman continuamente fotografías de los rescatados en sus gimnasios. Cada uno ya se ha adueñado de un espacio y a algunos solo se les ve asomar las orejas o los ojos por las cajas de madera.

Para esta fundación guayaquileña con tantas necesidades por cubrir, no ha sido sencillo poder adaptar estas áreas, pues se requiere de fondos. Lograron obtener descuentos y que les permitan hacer pagos por partes.

Por eso, la fundación Almanimal Ecuador también busca la forma de cumplir con su meta de instalar un área similar en su refugio. Inició una campaña a través de las redes sociales, pidiendo donaciones de rampas, maderas y materiales reciclados. “Nuestros rescatados a veces se aburren mucho o tienen energía acumulada, es por esto que pedimos de urgencia donaciones para poder crear un gimnasio y área recreativa donde nuestros niños puedan compartir con sus visitas, ejercitarse y sobre todo divertirse”, dice el mensaje que compartieron en las redes.

Para otros, ante la falta de fondos, la mejor manera de ayudar a sus animalitos es con el apoyo de sus voluntarios. La fundación Amigos con Cola tiene un grupo que los domingos saca de paseo a los perros. Gabriela Alvear, que es parte del equipo, cuenta que en el caso de los gatos, hay quienes acuden a jugar e interactúan con ellos. Lo hacen con bolitas de ping pong, por ejemplo, o los acarician y se acuestan con ellos.

Así, cada grupo busca la forma de hacer la estadía de los rescatados más amena, mientras los preparan para que sean adoptados.