Pararse en medio de un museo y mirar con detenimiento cada una de las obras expuestas es adentrarse en una vorágine de emociones expresadas en forma de pinturas, esculturas o una que otra instalación. Y aunque sean de diversos artistas, cada una de ellas está conectada para llevarlo por una montaña rusa de sentimientos.

Esto se da gracias a la curaduría y dirección de personas como Consuelo Hidalgo, quien ha invertido gran parte de su vida en estudiar, admirar y divulgar arte.

• PRIMER ACTO: PASIÓN EN LA INFANCIA

Sus primeras conexiones con las expresiones artísticas fueron a temprana edad. Sus padres eran personas ocupadas, por lo que su abuela materna, Mercedes de Roca, se hacía cargo de su cuidado la mayor parte del día. Pero ella no era una persona convencional. Para arrullarla, en vez de leerle cuentos sobre animales o niños con vidas fantásticas, le narraba historias que, usualmente, se cantaban en las óperas.

Una de sus favoritas es la del amor crudo de ‘La traviata’, de Giuseppe Verdi. La ha visto varias veces en distintos países y siempre se sorprende de sus maravillosas adaptaciones.

• SEGUNDO ACTO: POR AMOR AL ARTE

Estudió y se abrió paso en el camino laboral, siempre direccionado a temas relacionados a lo que la apasiona. “Artista no soy, pero siempre estoy metida en proyectos que impulsan a jóvenes ecuatorianos con talento para transmitirlo en varias comunidades”, afirma.

• TERCER ACTO: FAMA SILENCIOSA

A pesar de esto, ella no se da por vencida. Mezcla su destreza en comunicación para contribuir con su granito de arena y ayudar a que los artistas emergentes tengan espacio en una plataforma.

Es así como en Guayaquil ha formado parte del staff de algunos de los lugares más conocidos por su divulgación artística, como la Orquesta Sinfónica, el Centro Ecuatoriano Norteamericano (CEN), el museo Nahim Isaías o el MAAC. En ellos ha impulsado varios programas que ayudan a jóvenes a educarse y a estar en contacto con las destrezas artísticas.

“Me parece súper importante que, desde pequeños, los chicos vayan desarrollando el pensamiento crítico”, acota Consuelo. Así es como nacieron varias propuestas dirigidas a impulsar en niños su conocimiento en arte. Su objetivo es que, de a poco, Ecuador vaya creando una cultura en la que las expresiones artísticas sirvan como fundamento para una buena educación.

• CUARTO ACTO: OTRAS FRONTERAS

Consuelo ha tenido muchas oportunidades por la perseverancia y responsabilidad en sus estudios. Estos le abrieron muchas puertas, como la inscripción a un concurso de becas en Estados Unidos, una pasantía en la Philharmonia Baroque Orchesta hasta formar parte de un programa en el Instituto de Relaciones Culturales de la Universidad de Edimburgo, Escocia.

Ella desea que, al sembrar las semillas para que en un futuro exista una cultura del arte bien sedimentada, más personas accedan a las posibilidades que ha tenido ella. “Tener contacto con compañeros de otras culturas enriqueció muchísimo mi experiencia de aprendizaje, me incentivó a probar cosas distintas”.

• QUINTO ACTO: EL AHORA

Aunque Consuelo Hidalgo ya culminó su reciente etapa como directora cultural en el CEN, esto no la ha detenido. La radio y la gestión cultural han sido sus medios para ayudar a promocionar artistas nacionales como los pintores Javier y Pedro Gavilanes, Chay Velasco y Elio Wong, y músicos como Jorge Saade (violinista), Francisco Ortega (tenor), entre otros.

Sin embargo, se necesita de mucho más que solo la promoción. Para ella, gestionar las exposiciones o conciertos no es suficiente. “Si se carece de fondos para sustentar un proyecto, por más creativo que sea, no podrá sobrevivir solamente de la taquilla. Se necesita mucho más que eso para armar una buena producción”.

La inversión en proyectos culturales lo ve como un camino engorroso todavía, pero que es necesario para la construcción de un futuro mejor en la escena artística. Una de las salidas que plantea es que se pueda derivar una parte de los impuestos de forma voluntaria a desarrollo de proyectos. Es decir, que cada persona pueda decidir si lo que paga en sus impuestos anuales se deriva al Estado o se invierte para impulsar a los artistas emergentes.