Camila Andrade
El deporte es su camino para guiar a las mujeres a ser valientes y fuertes cada día.Juan Faustos

Camila Andrade, sensei de luchadoras

Su servicio a la comunidad va siempre acompañado de un kimono.

Desde muy temprana edad, la vida de Camila estuvo influenciada por los deportes. El básquetbol era predominante en su colegio, sobre todo porque la selección de mujeres cada año participaba en campeonatos dentro y fuera del plantel. A la par, el balón naranja con el que practicaba en las mañanas, lo intercambiaba en las tardes por un palo y pelota de golf. Siguió jugando ambos deportes hasta los 14 años, cuando una amiga la invitó a una clase gratuita del arte marcial conocido como jiu-jitsu brasileño.

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Lucía, una pequeña gran campeona de jiu jitsu brasileño

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  • Más que un arte marcial

Cuando este deporte llegó a ser parte fundamental de Camila, se transformó no solo en una actividad física sino que le servía de refugio para liberarse del estrés estudiantil. “En lo que más te ayuda es en la autoestima y seguridad en ti misma”, revela.

Atrás quedaron los días en los que el basquetbol y el golf eran parte de su cotidianidad, pues los dojos, tatamis y kimonos (con cintos de distintos colores) pasaron a ser su mayor prioridad.

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Su vida dio un giro de 360 grados para bien. Su familia había notado los cambios positivos que le brindaba el deporte, por lo que sus hermanos menores se unieron, y los papás se integraron en cuestión de meses. “Así toda la familia practicaba jiu-jitsu. Con el pasar del tiempo nuestras actividades familiares cambiaron radicalmente de ir a comer pizza o ver una película, a poner un tatami en el patio y entrenar entre nosotros. El deporte nos unía como familia”.

Lo que más le gustaba de tener una familia vinculada al deporte era saber que contaba con su apoyo en cada campeonato. “No solo estaban ahí alentándome, también a gritos me daban ideas para implementar en la pelea. De ellos aprendí mucho”.

Quiero cambiar el chip de todas y tener un ejército de mujeres luchadoras que sepan cómo salir adelante de cualquier circunstancia

Camila Andrade

  • Nació Meninas

Después de un buen tiempo de pasar practicando palancas y llaves, Camila sentía que le faltaba algo. No había muchas mujeres con las que compartir experiencias y entrenamientos. Tampoco, suficiente compañerismo con las pocas que conocía. Ella quiso mejorar el ambiente entre las mujeres y creó Meninas. Al principio comenzó como una integración femenina entre diferentes dojos. Entrenaban entre ellas en la casa de Camila y aprendían mutuamente de cada una. Al llegar la pandemia Meninas se mudó a la interfaz, lo que le permitió conocer judokas alrededor del mundo.

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Camila practicando con una de sus estudiantes.Juan Faustos

  • Un servicio a la comunidad inherente
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Pero eso no fue suficiente para Camila. Ella necesitaba de más compañeras que se unan, por lo que comenzó a dar clases gratis de jiu-jitsu por videollamada. “Lo difícil de integrar a más mujeres a este estilo de vida es que se dejan llevar por esos prejuicios de que este deporte hace sudar mucho y el hecho de tener que abrazar a una persona sudada, cuando eso es lo último que debería preocuparles”, reflexiona.

En la actualidad, Camila sigue entrenando a féminas que desean arriesgarse a practicar. Y desde hace unos meses, esporádicamente, da clases de defensa personal gratuita como una forma de introducir a más chicas a esta disciplina. “Es esencial que mis estudiantes sepan que es mejor saber defenderse y no necesitarlo a no saber nada y necesitar usarlo”, puntualiza.

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Camila demostrando una de las técnicas de jiu-jitsu-Juan Faustos

  • Personal

  1. Tiene 23 años.
  2. Estudia Fisioterapia en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
  3. Posee un cinturón café ‘faixa marrom’ en jiu- jitsu.
  4. Es fundadora de Meninas Bjj sisterhood