Abrazo.
Todos necesitamos amor, apoyo, cariño, seguridad y aprobación.Shutterstock

El abrazo y su poder sanador

Abrazar es instintivo, es una respuesta natural cuando se siente tristeza, alegría, compasión y amor.

El contacto físico no es solo agradable, también es necesario. Las investigaciones aseguran que ese acercamiento es absolutamente necesario para el bienestar físico, emocional y mental, tanto así que en las clínicas se lo emplea para ayudar a los bebés prematuros a fortalecerse y crecer.

Si bien hay muchas formas de contacto físico -como las caricias y los besos-, el abrazo es el más especial. Se ha demostrado que contribuye a la salud, pues apoya al bienestar psicológico de los seres humanos.

Beneficios

Además de ser agradable y cálido, el abrazo aquieta los miedos, abre su corazón, fortalece su autoestima, ayuda a la ansiedad, mejora el insomnio. Además, los beneficios son mutuos y hace bien tanto al que lo da como al que lo recibe.

Abrazamos tanto por felicidad como por tristeza, pues llena los vacíos y consuela. Se lo puede entregar en cualquier lugar, en una iglesia, un estadio, un encuentro casual o antes de dormir. Cualquier lugar es bueno para envolver a alguien más con los brazos.

Todos necesitamos amor, apoyo, cariño, seguridad y aprobación. Nuestro niño interno nos lo pide y la forma más sencilla y silenciosa de obtenerlo es mediante un abrazo. En él no se juzga ni se culpa, solo se entrega y es suficiente para recibir el apoyo emocional que se requiere en ciertos momentos de la vida. Si bien no resuelve los problemas, conforta y ofrece comprensión. También se agradece con este gesto.

Lo necesario para un abrazo sanador

Que sea respetuoso y lleno de afecto para ofrecer apoyo mutuo. Si tiene claro qué tipo de abrazo está dando, lo más probable es que la otra persona lo sienta también. No es lo mismo uno cariñoso y consolador a otro apasionado de amor.

Abrácelos

Los niños son abiertos por naturaleza, ellos quieren dar y recibir amor. Cuando se los priva de todo esto, se convierten en un adulto sensible y vulnerable, porque el amor retenido se transforma en dolor.

Por eso, abrácelos con frecuencia, de un modo afectuoso, tierno, juguetón, pero también para demostrarles su apoyo. Cualquier momento es bueno: cuando llora, antes de dormir o en la mañana, al levantarse. Eso les da confianza en sí mismo y en su entorno.

Pero permita también que su hijo vea esa demostración en otros. Cuando en la infancia no se ve a los padres o familiares abrazarse, se crece pensando que ese tipo de gestos solo son para enamorados y que para recibir un abrazo debe haber atracción física. De ahí la importancia de entender el amplio concepto del contacto físico y del abrazo.

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Armonía en medio del agobio

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Ejercicio

Si a usted le cuesta recibir abrazos, pero quiere gozar de sus beneficios, visualícese abrazando a alguien. Esa imagen mental le ayudará a verse a sí mismo dándolos y recibiéndolos.

Respire lenta y profundamente hasta relajarse, imagínese caminando y encontrándose con alguien que quiere, un amigo o un familiar, y compartiendo un abrazo de corazón. Retenga la imagen por unos segundos con sentimientos de afecto y ternura.

Los beneficios de visualizar son igual de potentes que al hacerlo, pues el cerebro no distingue la diferencia.

Este gesto de cariño no debería reservarse para ciertas ocasiones como una reunión familiar, un velorio o un cumpleaños. Lo ideal es recibirlos con frecuencia y sin ningún motivo, de forma que se pueda conectar con su poder sanador.

* Terapeuta y Reiki master. Instagram: @alejandragomezmayol