
129 años del Evangelio en Ecuador: homenaje a George Fisher en Guayaquil
La Iglesia Evangélica del Ecuador celebró los 129 años del ingreso del Evangelio con un homenaje
Líderes evangélicos y creyentes se congregaron en el Cementerio de los Extranjeros, ubicado junto a la puerta 1 del Cementerio General de Guayaquil, para conmemorar un hecho clave en la historia de la fe cristiana en Ecuador: el ingreso del Evangelio protestante hace 129 años.
El acto central fue un homenaje póstumo en la tumba del reverendo George Fisher, primer pastor evangélico sepultado en suelo ecuatoriano.
Un acto conmemorativo con profundo significado espiritual
El evento fue organizado por la Iglesia Evangélica Unión Misionera, en conjunto con la Confraternidad Evangélica Ecuatoriana y el Consejo Evangélico Ecuatoriano de Ancianos. Según el pastor coordinador, David Aguirre Farfán, esta celebración no solo es una mirada al pasado, sino una estrategia consciente para construir memoria e identidad en las nuevas generaciones evangélicas.
“Celebrar, festejar, recordar, nos da un sentido de inicio… lo que ahora disfrutamos, lo valoremos y lo afiancemos para beneficio de nuestra comunidad”, afirmó.
El lugar escogido para esta proclamación espiritual no fue casual. Aguirre explicó que, en el siglo XIX, los evangélicos no tenían derecho a ser enterrados en cementerios católicos.
“La discriminación religiosa era muy fuerte. El cementerio de los protestantes es emblemático para nosotros; allí yacen los que vivieron y sufrieron los primeros días de nuestra fe en Ecuador”, comentó.
George Fisher: un legado de obediencia y misión
George Fisher, o Jorge Fisher como también se lo conoce, es para los evangélicos un referente de obediencia a Dios. “Fue un joven misionero que puso en segundo lugar sus sueños y comodidades, y vino a Guayaquil a desarrollar discípulos de Cristo.
No vino a construir templos, vino a dejar huellas”, explicó Aguirre, aludiendo al mandato bíblico de Mateo 28: "Vayan y hagan discípulos a todas las naciones".
El homenaje fue, más que un acto litúrgico, un momento de profunda espiritualidad. Hubo cánticos, oraciones por el país y por la labor de la iglesia, así como lecturas bíblicas que llamaron al compromiso social. “Concluimos con el desafío de ser sal y luz en un Ecuador donde las tinieblas y la descomposición social exigen nuestra acción”, indicó el pastor.

Identidad evangélica para las nuevas generaciones
Sobre el papel actual de la Iglesia Evangélica en el país, Aguirre fue enfático: “Nuestra labor no está encerrada en un templo. Apuntamos a formar seres humanos integrales, que amen a Dios, a su familia y a su prójimo, y que sirvan a la patria desde donde estén”.
Enfatizó que el trabajo pastoral y comunitario se extiende desde lo individual hasta el tejido social, y que la evangelización auténtica puede reducir la violencia, la criminalidad y el abandono. “Mientras cumplamos la evangelización, creemos que habrá menos personas en las cárceles y en las morgues”, concluyó.