Zaruma, mineria y destruccion

La destrucción del medioambiente, el agotamiento de recursos naturales, la agresión a los ecosistemas, etc., son acciones específicamente humanas, realizadas bajo la idea de que la naturaleza es para el hombre y no una creatura y criatura que debe ser conservada. La irracional explotación minera y la contaminación, cuanto las amenazas ambientales, son parte del ecocidio. Evidencias hay en la Amazonía, en los bosques y manglares del litoral, en los ríos, etc. Pero hay una actividad que tiene décadas de realización sin sanción ni castigo: la minería irresponsable que destruye recursos y espacios medioambientales. Incluso el hábitat urbano de ella. Zaruma es uno de esos casos.

Lo que ahí sucede se debe pensar críticamente pues los daños y la destrucción que la explotación minera causa son muy graves. Zaruma fue declarada patrimonio cultural desde 1990. Sin embargo, esto no ha detenido el accionar demoledor de la explotación minera clandestina, que con su práctica debilita las bases geológicas en las que se asienta la ciudad.

Debajo de Zaruma existe una mina extensa. Una ejecutiva de Arcom dijo: “Hemos tenido denuncias de que varios trabajos en la parte baja de Portovelo conectan con Zaruma”.

Tal accionar irresponsable se da incluso dentro de las viviendas. No es la primera vez que se encuentran túneles con diversas galerías. Los hay también debajo del coliseo, y hasta en casas del centro. Es penoso que ese daño se dé en 58,6 kilómetros de pasajes que están carcomiendo las bases de la ciudad. En Zaruma hay una caverna que desgasta sus entrañas y soporte físico. Hay en los mineros una obsesión adictiva al oro que puede destruir la urbe.

A ellos poco les importa esta situación. Siguen abriendo túneles bajo la ciudad. Por eso la Secretaría de Gestión de Riesgos detectó 13 galerías debajo de la escuela, el estadio y calles principales, a una distancia de entre 3 y 7 metros de donde están las casas. También constató que esos terrenos tienen roca meteorizada e inestable, que hay piques y excavaciones que nacen bajo las viviendas. Ya existe un posible estimado de reparación ambiental que ascendería a US$ 4 millones.

Es importante y urgente que las autoridades detengan la acción destructora sobre una de las ciudades más emblemáticas del país y cuya existencia forma parte de la memoria histórica del Ecuador.