En un nuevo capítulo de la novela boliviana del momento, el Gobierno aseguró que el hijo del presidente Evo Morales y su detenida expareja, está muerto, desmintiendo a la familia de la madre, que ofreció presentarlo a la prensa internacional ayer, mientras la Defensoría del Pueblo condenó la exposición de la situación del menor.

El caso Evo-Gabriela mantiene en vilo a los bolivianos, tras una cadena de versiones, denuncias y contradenuncias con alcance político que están complicando la imagen del presidente.

Hasta principios de febrero el país desconocía que Morales tuvo hace unos diez años una relación con Gabriela Zapata, simpatizante del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), y en los últimos años gerente de la firma china CAMC, que se adjudicó contratos con el Estado.

La pregunta aún ronda en el país: ¿el hijo de Morales y Zapata vive? Mientras tanto, Gabriela Zapata está detenida desde el viernes pasado bajo cargos de enriquecimiento ilícito y legitimación de ganancias ilícitas.

El incidente afectó la imagen del Gobierno, que a la par confirmó que Zapata utilizaba oficinas del Ministerio de la Presidencia, usadas por las esposas de los presidentes. EFE