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Visita militar a Patuca para conmemorar los 25 años de la guerra del Cenepa

Héroes de guerra, excombatientes, excomandantes y otras autoridades participaron de la ceremonia.

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Desfile militar por la conmemoración de los 25 años de la guerra del CenepaKARINA DEFAS / EXPRESO

Teresa Antuash, una mujer pequeña de unos 70 años, luce un pantalón negro y una chaqueta del mismo color atravesada por una banda roja que distingue a un héroe de la guerra del Cenepa. Es una de las invitadas a la ceremonia militar cumplida en la Brigada de Selva 21 Cóndor de Patuca, en Morona Santiago. En el acto de este viernes 10 de enero de 2020 se recordaron 25 años del conflicto del Cenepa y la victoria militar ecuatoriana sobre el Ejército de Perú.

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El distintivo lo lleva en honor a su hijo de 18 años quien falleció en un enfrentamiento en Tiwinza. Su nombre era Germán Pitiur. Los militares lo recuerdan como el soldado Pitiur. Él era uno de tres hermanos, dos de ellos militares. Fue el segundo en ingresar al escenario de la guerra y el primero en morir, recuerda su hermano Ramón de 49 años. Ahora Ramón y su madre viven juntos en Macas, su otro hermano militar también falleció después. Con Pitiur fueron 33 los fallecidos que dejó el conflicto. Hubo además 103 heridos y 136 condecoraciones Cruz de Guerra por acciones relevantes cumplidas entre diciembre de 1994 y abril de 1995. Lo recordó Mauricio Campuzano, comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en su discurso.

La ceremonia militar congregó a militares activos y en servicio pasivo. Presidió el acto el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, quien viajó desde Quito en un avión Casa junto con el exjefe del Comando Conjunto Paco Moncayo y el exministro de Defensa José Gallardo. Los tres develaron una placa con los nombres de los comandantes de la época del conflicto.

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Se develó una placa con los nombres de los comandantes de la época.KARINA DEFAS / EXPRESO

Hubo también una ofrenda floral colocada por el jefe del Comando del Conjunto Luis Lara y los comandantes de las tres fuerzas. También participaron los generales Luis Hernández, Wagner Bravo, entre otros.

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Fue la oportunidad para muchos de recordar su actuación en esas largas jornadas de incertidumbre. "¿Te acuerdas?", repetían unos y otros durante el evento. Para algunos de los que habían participado en la guerra era la primera vez que regresaban a Patuca tras la finalización del conflicto. Es el caso de Darwin Jarrín comandante de la Armada. Cuando fue el conflicto era capitán de Corbeta y uno de los pilotos que debía cumplir tareas vigilancia del mar. Sobrevoló desde diciembre de 1995 hasta abril entre Guayaquil, Salinas y Manta, las tres bases de operaciones de vigilancia marítima. Una de sus visualizaciones fue el 12 de marzo de 1995 de un submarino peruano que había llegado hasta Chaundy, Santa Elena y Puná. Jarrín lleva 41 años en Fuerzas Armadas. 

Durante la guerra llegó a tener hasta 15 horas diarias de vuelos de reconocimiento con paradas de una hora para cargar combustible. Cumplió en total 600 horas de vuelo. Estuvo en Patuca varias ocasiones en aquella época transportando a oficiales como el general Moncayo.

Recuerda que la misión de la Armada era verificar que ninguna unidad de marina de guerra peruana ingrese en aguas nacionales. Y en los cuatro meses de tareas de reconocimiento ninguno ingresó. Había vuelto a Gualaquiza y a Macas pero a Patuca no. Detalla que en esa época todo era incertidumbre, las condiciones eran complejas y en muchas ocasiones tuvieron que alejarse de la doctrina de seguridad para cumplir las tareas. Destaca que en el conflicto nació su hijo Jorge en Guayaquil. Para conocerlo viajó por tierra desde Manta. Lo vio por pocas horas y regresó. Era el 17 de marzo de 1995. Es un privilegio ser parte de la generación de la Victoria, eso marcó un antes y un después sentir que podemos hacer algo y esa es la contribución nuestra, dijo.

Ángel Guerrero es uno de los combatientes que llegó a Patuca para el aniversario. "Es un orgullo, soy feliz porque hemos luchado heroicamente", destaca.

Afirma que como parte del equipo de guerra recorrió el campo de batalla. Rememora que a la gente que cargaba los alimentos se les decía 'mulitas'. Indica que los soldados dejaban mensajes como: "Muero feliz porque mi patria queda libre". Pero a Guerrero le preocupa, en medio de esa satisfacción por el aporte al éxito del conflicto, que los gobiernos se han olvidado de la gente y es la primera vez que se han reunido excombatientes en un acto como el de este viernes. "Deberían hacer un plan para recuperar a los que combatieron en primera línea, no consta mi nombre en la lista de excombatientes", dice. En Patuca hubo además de militares y autoridades civiles y locales, niños de la escuela Vencedores del Cenepa que agitaban sus pequeñas banderas durante toda la ceremonia. En el conflicto Patuca era el centro de operaciones.

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Niños de la escuela Vencedores del Cenepa en la ceremonia.KARINA DEFAS / EXPRESO