No a la violencia en los estadios

Una vez más ha vuelto a recrudecer la violencia en los estadios. En las últimas ocasiones se ha producido en el estadio Capwell-Banco del Pacífico del club Emelec, entre miembros de una misma barra “brava”, la tristemente célebre Boca del Pozo. ¿Habrá que esperar a que haya muertos y más heridos, o a que se vacíen más los estadios por la inasistencia de los aficionados por la inseguridad (léase, miedo) y no exponerse a una posible desgracia? Creemos que llegó el momento en que deben actuar, coordinadamente, las autoridades nacionales y locales, conjuntamente con delegados de la FEF y de los clubes, para dar un tratamiento integral, conciso y eficaz a la violencia de las barras bravas, que se comportan como dueñas de los estadios y territorializan una parte de ellos (subculturas urbanas), donde la masificación y olvido de valores éticos permiten que afloren instintos de agresividad, como lo destacó el Nobel Konrad Lorenz en sus estudios sobre el comportamiento.

Pensamos que en la actualidad el enfrentamiento del problema no es, solamente, de “policiamiento” o de represión sino, predominantemente, de prevención y de disuasión para futuros aficionados desadaptados. En esta perspectiva se deben difundir, de manera profusa, tanto los acuerdos a que lleguen las autoridades y dirigentes sobre las normas que van a regir la asistencia y comportamiento de los hinchas y sus organizaciones, como las formas de proceder individual y colectivamente en los espacios públicos ocupados por las barras. Se deberá diseñar una estrategia para levantar un catastro de todos los miembros de una barra y lograr su “carnetización” general, lo que permitirá con las cámaras existentes identificar a los violentistas y revoltosos para que puedan ser juzgados por las autoridades penales y los tribunales de los clubes. Existen otras medidas: la especialización de un cuerpo policial como de los guardias privados de los clubes para el control.

Reflexionemos, ¿cómo en Europa se ha logrado pacificar los estadios después del desastre de Heysel-Bruselas hasta el Mundial de Francia con los “skinhead” rusos?