Violencia en barras de futbol

El asesinato de un hincha de Barcelona que venía de Machala a Guayaquil es una muestra más de la violencia dentro y fuera de los estadios. Parece que los fanáticos del fútbol se han contagiado por la cultura y psicología social de las barras bravas del exterior, que muestran actitudes humanas que no tienen nada que ver con ese deporte. Es grave y peligroso que sea en el más popular del mundo y del país, donde se den actos de violencia, agresión y asesinatos. Sin duda esos hechos son realizados por malos adherentes a los diferentes equipos. Ellos rompen con una tradición de paz en los campos deportivos.

El fútbol, un juego que une a diferentes ciudadanos de diversos países, no debe convertirse en evento de pelea, agresión y muerte. No puede ser que el deporte que concita el interés de la mayoría de seres humanos se convierta en un accionar en el cual los fanáticos de uno u otro equipo tengan temor de expresar sus simpatías. En algunos estadios del país se han dado no solo hechos de violencia: peleas, agresiones, grescas colectivas, lanzamientos de cohetes y bengalas, y hasta enfrentamientos con armas. En la última década se han registrado una serie de asesinatos dentro y fuera de sus locales, cuando se encuentran las barras de los diferentes equipos.

El evento del día 21 del presente en contra de un grupo de fanáticos orenses que venían a esta ciudad, va más allá de lo que se puede pensar. Según reportes policiales, no dieron razón alguna para ser agredidos. Sin embargo, el incidente se produjo. Este no es solo un hecho policial ni de la justicia. Tiene que ver con la conducta ciudadana, pero también con los deportistas y la sociedad.

Es bueno que los equipos de fútbol, dirigentes y autoridades hagan una campaña de concienciación sobre la no violencia, la no agresión entre fanáticos de los diferentes equipos. Esta es una tarea urgente y necesaria que hay que realizar en todos los sectores sociales, pues caso contrario el deporte que goza de la simpatía de la mayoría de los fanáticos se va a convertir en un espacio de terror, temor y venganza. Hay que detener a tiempo el avance de las conductas violentas de los fanáticos. Reeducar a las barras para que comprendan que simpatizar o no con cualquier divisa, no las convierte en enemigas de uno u otro bando. Esto espera la sociedad de manera urgente.