La vida es efimera

El tiempo de vida es muy corto. El día que partamos a nuestra morada esa sería nuestra nueva habitación. Nacimos del polvo y polvo seremos. No hay visa múltiple de nuevo, vivamos con alegría. Vivamos de tal modo que a cambio de preocupaciones, tengamos paseos, tertulias y amigos. Mantengamos un espíritu vivo, buena actitud, buen carácter, alegría, alimentación sana, que el tiempo es como el agua de un río: jamás se la podrá tocar dos veces.

Un día vivido felizmente es un día ganado; sin felicidad es un día perdido. Engalanarse como si se fuera a una fiesta, caso contrario donar los vestuarios, para que otro pueda usarlos con alegría y ánimo.

Javier Valarezo