
Las vias rurales del Guayas, deterioradas
30 por ciento Según la prefectura, eso es lo que se alcanza a cubrir de la provincia con el presupuesto.
La red vial del Guayas, incluidas las vías primarias, secundarias, terciarias y los caminos vecinales, tiene 5.740 kilómetros de extensión, pero no hay recursos económicos para atender todo.
Los 8,9 millones de dólares presupuestados para este año para atender vías (80 %) y otras obras, alcanzan solo para cubrir el 30 % de las necesidades de los 25 cantones, que son muchísimas, indica el director de Obras Públicas de la Prefectura del Guayas, Jimmy García.
La decisión es atender “las necesidades más prioritarias”, dice, pero por decenas llegan al gobierno provincial los pedidos de arreglo de las vías y caminos rurales, a través de los alcaldes de los 25 cantones o de los presidentes de las 29 juntas parroquiales.
Marjoire Rosado Sánchez, de la junta parroquial Taura (Naranjal), señala que los caminos vecinales de su zona están transitables, pero tiene centradas sus esperanzas en firmar, hasta el próximo mes, un convenio con la Prefectura del Guayas, tal como ocurrió el año pasado, cuando este nivel de gobierno le entregó un millón de dólares a las 29 parroquias. Unos 32.000 dólares para cada una.
“Con esos recursos y nuestra contraparte se pudo hacer algo”, afirma Xavier Solano, de la parroquia Limonal (Daule), donde han sentido la reducción de su presupuesto por la crisis económica. Él solo espera que se concrete el ofrecimiento del prefecto Jimmy Jairala, de que será el doble del año pasado.
Edward Duarte, presidente de la junta Juan Bautista Aguirre (Daule), también espera esos recursos para atender los caminos vecinales destruidos, que son muchos. Por el mal estado en el que se encuentran, dice, recibe constantes reclamos de los campesinos. Él les precisa que esa competencia es del prefecto.
Una competencia que Alfonso Velasco, presidente de la parroquia Valle de la Virgen (Pedro Carbo), ha pedido al prefecto Jimmy Jairala para reparar los daños de la red vial rural de su sector.
Lo que le preocupa es que no haya una respuesta a su pedido de hace más de un mes, porque los reclamos de los campesinos aumentan, pues deben transitar diariamente por caminos en los que se levantan polvaredas cuando pasan los vehículos, más aún cuando son camiones.
“No se puede andar por el polvo. Y los niños son los que más sufren de afectaciones respiratorias, porque caminan al margen de la vía para ir a la escuela”, dice Francisca Sesmes, quien habita en Brisas de Daule (Daule), en donde se espera con ansias el asfaltado de la carretera desde hace cinco años.
Los vendedores de frutas y verduras, entre ellos Juan Rodríguez Castro, usan mascarillas para protegerse del polvo en la vía Magro-Higuerón, más conocida como la vía a las Cañas (Daule), en la que están cansados de esperar su asfaltado, como lo tenían antes.
De lo mismo padecen agricultores como Salomón Martínez, quien a diario recorre un tramo de la vía Los Quemados-Laurel, a la que por fin parece que llegará la obra.
Ambas son vías vitales para sacar la producción agrícola. La Prefectura asegura que las obras están programadas.