
Veronica Sevilla: “No tengo pendientes con la vida”
Fue la mujer más hermosa del país en 1986, hoy es la gerenta de Quito Turismo, ella comparte su camino hacia el éxito.
En 1986 fue proclamada la mujer más bella del país, y luego de su experiencia en el Miss Universo, celebrado en Panamá, donde ganó la venezolana Bárbara Palacios, el rostro de Verónica Sevilla Ledergerber pasó a la historia como uno de los más hermosos que pasaron por el certamen nacional.
En los últimos 15 años su vida se volcó al turismo. Fue gerenta de ventas para Latinoamérica, de una conocida agencia de viajes que abrió puntos en la región, promoviendo Ecuador. Su plan de trabajo también llegó a Estados Unidos, Australia y algunas naciones europeas.
Actualmente gerencia Quito Turismo, una institución de servicio público que a través de una plataforma digital promueve a la capital ecuatoriana como destino turístico en el mundo.
“Antes de enamorarme de todo esto, trabajé en telefonía celular, desarrollo de proyectos y actividades alusivas al marketing, posteriormente me convertí en couch ontológica y abrí una consultoría para emprender negocios turísticos e hice un posgrado en Dirección de Empresas y Planificación Estratégica de Marcas”.
Pero la vocación inicial de Verónica en los tiempos de Miss Ecuador fue otra. Quiso ser diseñadora de modas, pero como no había dónde estudiar esa carrera, se inclinó al diseño industrial, pero por su reinado truncó la carrera y al concluir el período se interesó por la administración de empresas.
“Me casé a los 22 años, tomé muchos cursos de marketing pero no podía ir a la universidad por mis tres niños. Tuve que esperar y al cumplir 32, me dio por la teología y estudié Ciencias Humanas y Religiosas porque quise entender más al ser humano y por eso me hice couch”.
Así, la exsoberana de belleza logró un mix muy interesante entre lo ontológico y los negocios y lo más increíble es que no para de estudiar. “Siempre capacítate y actualízate, no importa la edad que tengas”.
Esta incansable quiteña sabe muy bien lo que es empezar de cero, seguir cada proceso y ganarse la vida por cuenta propia. Luego de su divorcio hizo de todo, vendió maquillaje, participó en multiniveles y hasta elaboró pasteles.
“Hice lo necesario para sostener a la familia...tienes que ser flexible porque no siempre estarás arriba, lo importante es que, cuando estés abajo, mantengas la calma y saber que con humildad puedes volver a subir. Hay que aprender de cada momento que vives y la lección es que nada se consigue sin sacrificio y debes disfrutar ese camino”.
Verónica Sevilla, quien asegura no tener pendientes con la vida, concluyó nuestro encuentro mostrando un anillo con una sonrisa que delata su rostro enamorado, pues está comprometida no solo con Quito sino con un afortunado galán llamado Pablo Albornoz, con quien pronto se casará.