La dictadura instaurada en Venezuela por Hugo Chávez y continuada por su pésimo sucesor, el “inmaduro” Maduro, está en plena retirada. Las condiciones actuales son completamente diferentes a las que vivió este hermano país hace algunos años cuando el pueblo se levantó masivamente en contra de esta dictadura corrupta y asesina, para lo que contó con el liderazgo de Leopoldo López, Henrique Capriles, Lilian Tintori -valiente cónyuge de López-, María Corina Machado, mujer de gran capacidad de lucha, entre otros. Frente a ellos, Maduro puso a las fuerzas armadas. Es decir la fuerza bruta contra la razón, que es una de las características de toda dictadura oprobiosa. López fue condenado por “terrorista” a 14 años de cárcel y hoy se encuentra en su hogar bajo arresto domiciliario. A Capriles se le arrebató la dignidad que por mandato popular ejercía en su ciudad, y más de 340 venezolanos cayeron bajo las balas homicidas del régimen del “socialismo del siglo XXI”. Ahora las cosas han cambiado diametralmente: “Hay un presidente interino, Juan Guaidó, que es presidente de la Asamblea Nacional, y en esas condiciones asume el poder”. Guaidó significa el rechazo popular a tanta avilantez y estulticia representada por Maduro y sus narcos. Cuenta con el respaldo de 50 Estados del mundo, de la OEA, del Grupo de Lima, de la ONU. Acaba de hacer una gira por América, incluyendo a Ecuador, para agradecer por el apoyo que le brindan.

Maduro, suelto de uñas y de lengua, lo amenazó con “meterlo preso” en cuanto pise territorio venezolano. Llegó Guaidó a su país. Y fue recibido por los embajadores de los países que lo respaldan y por elementos de las fuerzas armadas que empiezan a comprender que también son pueblo. Con un escenario de esta naturaleza, es fácil comprender que Maduro empieza a “podrirse”. Guaidó debe continuar en la lucha para que Maduro se vaya, y que él, como presidente interino, se encargue del poder y convoque a elecciones libres para designar democráticamente al nuevo mandatario de este sufrido país. El mundo democrático respalda a Guaidó.