Lo de Venezuela

La situación de Venezuela es de difícil solución. Los apoyos a Juan Guaidó van en aumento, las presiones para que Maduro salga se incrementan, la actitud de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia se orienta a agotar la capacidad del manejo de fondos por parte del régimen; la movilización interna y la posición de la OEA, ONU, UE, constituyen factores que, tomados de manera simple, nos hacen suponer la terminación de ese cavernícola gobierno. Sin embargo, hay un factor que merece especial atención, debido a que puede ser el principal escollo para la resolución pacífica de tan duro problema: el factor militar. Este no se reduce a que las FF. AA. venezolanas mantengan el apoyo al régimen o decidan sumarse a la opción de su reemplazo. Va más allá, e implica varios elementos: ellas, a través de sus cabezas, manejan ingentes cantidades de dinero de la explotación petrolera, gran parte de sus oficiales superiores están implicados en el narcotráfico y mantienen estrecha relación con poderosos carteles a nivel mundial, en condiciones de presionar de diversas maneras en los espacios de poder y decisión de muchos países; y la influencia determinante que tiene la estructura militar cubana que, con posiciones de mando, dirige la dinámica estratégica, táctica y de inteligencia. No hay que olvidar la capacidad de los cubanos en acontecimientos de repercusión mundial, como las guerras de liberación en África, la de Vietnam, donde el corredor construido por ellos logró movilizar del norte al sur un numeroso contingente que definió el triunfo sobre el ejército norteamericano, solo para citar dos casos. Y si a eso añadimos la destreza del G2 demostrada en la penetración con sus agentes a la CIA, podemos concluir que, con una gran dotación de recursos (Cuba obtiene de Venezuela el doble de lo que recibía de la URSS), la capacidad de acción múltiple de los cubanos, a estas alturas, debe ser significativa. Cuba además corre el riesgo de quedarse sin nada. Todo ello podría derivar en impredecibles desenlaces.