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Se vende Urdesa

Se vende. Se alquila. Y cada nuevo letrero colgado cuenta silenciosamente la forma progresiva en que el tradicional barrio guayaquileño va perdiendo su esencia. Necesita una intervención urgente que impida que las familias que aún residen en él, emigren. Estamos a tiempo de evitar que se repita lo ocurrido con el centro, que desborda actividad en el día pero en las noches es desolado porque son muy pocos los que todavía viven ahí.

Urdesa lo tiene todo: bancos, colegios, supermercados, teatros, restaurantes, ferreterías, consultorios médicos, verdor... Y una ubicación privilegiada: equidistante de Samborondón y de la vía a la Costa. Podría seguir siendo un barrio que nuevas familias eligen para vivir si se resuelven hoy los problemas que han hecho que sus antiguos habitantes la abandonen. Delincuencia, crecimiento descontrolado del comercio, congestión vehicular y la contaminación del estero Salado son las principales razones. Las soluciones propuestas son muchas. Que el Estado devuelva al Municipio la competencia de la seguridad de la ciudadanía para que, junto a ella, tome medidas para frenar los robos. Que para conservar el carácter residencial por sectores, se mantengan únicamente los corredores comerciales ya establecidos y que las calles secundarias sigan siendo destinadas a vivienda. Que se analice la posibilidad, tras estudiar la densidad poblacional y evitando que se excedan las capacidades de infraestructura sanitaria, de construir -en ciertas zonas de la ciudadela- edificios de departamentos con las comodidades de los que ahora existen en otras áreas de la ciudad, y de torres de estacionamientos para cubrir la falta de parqueos. La recuperación del estero es también crucial y ya ha sido planteada la urgencia de “lavar” los sedimentos de las orillas y destrabar el flujo natural de las mareas con puentes que realmente permitan la renovación del agua, a la par que se procesen las aguas industriales y servidas para terminar con el desagradable olor que ahuyentó a tantos.

Urdesa es patrimonio de todos los guayaquileños. Guarda las memorias de muchas generaciones. No permitamos que muera.