Labor. Entre abril y septiembre de 2015, los veedores inspeccionaron el lugar.

Veeduria entrego a Contraloria el informe final sobre las falencias del Hospital Naval

Días atrás, el informe final de la veeduría ciudadana al hospital Naval de Guayaquil planteó que el centro de salud sea declarado en emergencia. Paralelamente, tal como publicó EXPRESO, el pleno del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) conoció el documento del grupo que reveló, entre otras cosas, supuestos incumplimientos de los protocolos de bioseguridad y de atención hospitalaria en la entidad.

Ayer, dicho informe fue entregado a las autoridades del hospital, del Ministerio de Salud y de la Contraloría General del Estado.

¿La finalidad? “Que sus directores tengan conocimiento de lo que pasa internamente en el lugar, se analicen las observaciones pautadas y se ejecuten las respectivas acciones”, declaró Enri Mina, uno de los siete delegados de la veeduría ciudadana, al hacer hincapié en las múltiples fallas en la estructura física de la casa de salud y sus equipos, así como problemas de insalubridad en varias áreas, que a decir por él, evitan dar un buen servicio a la comunidad.

Que existan termocunas abandonadas en los baños, que los dormitorios provisionales no cumplan con las funciones de neonatología , que los anaqueles y gabinetes de las bodegas de insumo estén oxidados son algunas de las falencias encontradas.

A esto se suma el hecho de que falte personal especializado en el área de Terapia Intensiva, Neonatología y en la sala de emergencias. Y no se dé el mantenimiento adecuado a los instrumentos médicos en el departamento de patología. “Hay aires acondicionados en mal estado, también personal que circula sin prendas de protección..., el espacio de morgue es muy pequeño y emana malos olores. En fin, hay muchas cosas que se deben cambiar”, agregó.

Ante ello Mina y su equipo piden la remodelación y ampliación total del edificio. “Es posible que enfermedades como la neumonía surjan como consecuencia de esas fallas. No nos vamos a quedar con los brazos cruzados. Nuestra meta es evitar poner en peligro la vida de las personas que acuden y laboran en esta casa asistencial”.

“Este es tan solo el primer paso”, concluyó Raquel González, presidenta del Consejo de Participación Ciudadana. “Hoy se ha socializado el informe, se dialogó. Los implicados (representantes del hospital, los veedores y demás autoridades) manifestaron su voluntad de acoger las recomendaciones y conformar meses de trabajo para supervisar el cumplimiento de las mismas”. El trabajo es largo, agregó, “mas no vamos a parar hasta que este lugar esté con todas las condiciones humanas y hospitalarias para dar un buen servicio”. DSZ