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Vecinos divididos por el ingreso de buses a La Joya

70.000 personas en promedio habitan en las ciudadelas La Joya, Villa Club y Villa del Rey.

Hecho. Para algunos residentes, además de ruido y contaminación, los autobuses afectarán la calzada.

Ante la llegada de siete buses de la cooperativa Lojastrans, que desde el pasado lunes circulan por las vías internas que conducen a las ciudadelas La Joya, Villa del Rey y Villa Club, en la vía a Daule, decenas de habitantes y propietarios de las furgonetas que hasta entonces ofrecían el servicio de transportación, también en esa ruta, prevén realizar plantones en señal de protesta. Quieren que se vayan.

La noche del lunes ya hubo uno y para el resto de la semana, de no haber reacción por parte del Municipio, plantean realizar otros y “cada vez más fuertes”. “Por años intentamos legalizarnos, pero siempre las autoridades nos pusieron trabas. Nosotros, los que conducimos las ‘furgos’, somos todos residentes, ofrecemos un trabajo seguro. Ahora con la llegada de los colectivos quieren sacarnos. Nos persiguen todo el tiempo, es injusto”, manifiesta July Márquez, propietaria de una unidad y habitante de la etapa Brillante, de La Joya.

Con la llegada del transporte urbano, que fue anunciado ya en mayo pasado, provocando una serie de quejas que fueron recogidas por EXPRESO, hay vecinos que, como Márquez, rechazan su presencia porque temen que las calles se vean seriamente afectadas, se agrieten, debido a que no puedan soportar el tonelaje de los vehículos. Además, les preocupa el congestionamiento que puedan provocar.

“Los buses son tan grandes que por ratos se ven obligados a obstaculizar las calles al girar, en dos días hemos sentido más pesado el tráfico. Y ni hablemos de la inseguridad”. A quienes manejan las furgonetas, advierte Silvia Gómez, de la ciudadela Diamante (La Joya), ya todos los conocen. “No digo que los choferes de los autobuses sean malos, pero de seguro permitirán que los vendedores ambulantes se suban. ¿Saben cómo va a terminar eso? En robos y nada más. Los autobuses urbanos van a llevar de pique a esta zona”.

Sin embargo, en el lugar hay quienes -además de las personas que prestan sus servicios en las residencias- que los consideran necesarios. Juan Orozco, de la ciudadela Villa del Rey y quien no tiene auto, por ejemplo, estima que con la implementación de las unidades se podrá brindar un servicio permanente, estable y con tarifa justa. “Entiendo que todos los servicios cuestan $ 0,25, por lo tanto tendremos más opciones para trasladarnos”.

Para Luis Hidalgo, gerente de Lojastrans, el servicio -al que se incorporarán otros siete colectivos próximamente- servirá también para combatir la informalidad. “Hay usuarios que han sido hasta escopolaminados en los vehículos informales que movilizan a los residentes y que incluso vienen de otros lados. Nosotros nos vamos a mover internamente, recorreremos La Joya, Villa del Rey, Villa Club y volveremos a dar la vuelta”. Todo es interno, señala. “No hay cabida a la inseguridad”.

Respecto a la polémica que se experimenta en el sector, Julio Jaramillo, gerente de la Autoridad de Tránsito Mancomunada Centro Guayas EP, confirma que los recorridos se están realizando de forma esporádica: solo en horas pico, unas nueve horas al día.

“Esta medida ha sido tomada por la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) porque cuando realiza los operativos para acabar con la informalidad, que es su objetivo, los vecinos se quedan desabastecidos. Sabemos que la CTE nos va a solicitar que el servicio sea permanente y nosotros lo vamos a aceptar. Es viable”. Esa hipótesis de que las calles no soportan el peso de las unidades es incorrecto, “por esas vías pueden circular hasta volquetas repletas de material”.

Sobre el futuro que le depara a las furgonetas (informales), Jaramillo es claro al asegurar que deben cesar con el servicio. “No hay ninguna ley que las regule, no es posible habilitar furgonetas. No es posible trabajar así, es así de simple”, aclaró.

Quince autos al canchón

Los propietarios de las furgonetas y vehículos informales solicitan al Municipio que los atienda y los escuchen. Entre el lunes y martes de esta semana, los agentes de tránsito hicieron operativos y se llevaron alrededor de 15 de estos autos. “No queremos que nos lleven al canchón, queremos que nos legalicen, que agilicen el proceso. Aquí hay espacio para todos”, piensan.