Contraste. Nene, la figura del partido, celebra el primer gol de Vasco, mientras que al fondo se observa el gesto de decepción de Máximo Banguera. Barcelona no pudo tomar revancha de la final copera de 1998 ante el mismo rival.

Vasco, el verdugo de Barcelona

Para el director técnico Guillermo Almada, era un tubo de ensayo que le permitiría comenzar a ensamblar el Barcelona 2017. Para los aficionados de Barcelona, era una especie de revancha de lo sucedido en el año 1998, cuando Vasco da Gama ganó la final

Para el director técnico Guillermo Almada, era un tubo de ensayo que le permitiría comenzar a ensamblar el Barcelona 2017. Para los aficionados de Barcelona, era una especie de revancha de lo sucedido en el año 1998, cuando Vasco da Gama ganó la final de la Copa Libertadores de América. Sin importar el significado, el cuadro brasileño confirmó ayer su paternidad sobre el Ídolo, doblegándolo (2-1) en el debut de la Florida Cup.

La alegría de la numerosa colonia ecuatoriana que ayer llegó al estadio Central Broward para alentar a su equipo fue momentánea. Hasta el gol anotado por Washington Vera (minuto 21) los amarillos controlaban las acciones, gracias a las constantes subidas por las bandas, especialmente en la derecha, donde Pedro Pablo Velasco se mostraba desequilibrante.

Luego del empate alcanzado por Nene (40) mediante un tiro penalti, el partido cayó en un pozo en el que la brusquedad fue el denominador común.

El inicio del segundo tiempo encontró a un Vasco con mejor manejo del balón, pero la falta de efectividad de sus delanteros hizo figura a Máximo Banguera. El guardameta ecuatoriano ahogó dos veces el grito de gol de la barra brasileña. Fue en ese periodo que se sintió más la ausencia de Matías Oyola y Damián Díaz, a quienes se les dio descanso para que superen la fatiga muscular detectada durante la pretemporada.

Almada comenzó a rotar el equipo y el funcionamiento colectivo decayó de manera notable, aunque individualmente destacó el nivel mostrado por el lateral izquierdo Beder Caicedo, seguro en la marca y con mucho atrevimiento para apoyar al bloque ofensivo.

La decepción corrió a cuenta de Jefferson Mena, zaguero central colombiano que lució lento, desubicado y errático con el esférico en su poder. Fue sobre su marca que Rodrigo anotó el segundo gol de Vasco, liquidando así el sueño de la promocionada revancha copera.

El apoyo

Los migrantes ecuatorianos tuvieron la oportunidad de ver al Ídolo en acción. La fanaticada barcelonista fue mayoría en el exterior y en el interior del escenario.