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RAFAEL CORREA DOCUMENTAL TINTA ELECCIONES
La mayor parte de la transmisión fue Rafael Correa defendiendo la teoría de la tinta transferible.CAPTURA DE PANTALLA

Rafael Correa se compara con Copérnico porque le dicen loco

Análisis | El documental del correísmo no aporta nada nuevo. Lanzó una punta a los firmantes de la carta al expresidente

El único dato nuevo que Rafael Correa aportó durante la presentación del tan esperado video que se suponía iba a probar el fraude de Daniel Noboa es que se comparó con Copérnico: se había comparado con Eloy Alfaro, con Simón Bolívar y otros, pero nunca con alguien como Copérnico.

El expresidente prófugo sostuvo, desde su residencia en Bélgica, que a él le ocurre lo mismo que le ocurrió al célebre astrónomo polaco del siglo XVI: que lo creen loco. En el caso de Copérnico, por haber elaborado la teoría heliocéntrica según la cual la Tierra gira alrededor del Sol y no a la inversa, como se creía hasta entonces; mientras que a él por haber descubierto el “mega fraude”, como se llama el documental presentado a primera hora del lunes 1 de septiembre.

Quizá el otro dato que se podría considerar novedoso en esta presentación, que él había anunciado hace poco durante un mitin en Bélgica con migrantes ecuatorianos y en compañía de Luisa González, es que para hacer el fraude, Noboa contó con la ayuda de “servicios de inteligencia internacionales”. Si bien no dijo qué servicio de inteligencia participó en el supuesto fraude, es bastante obvio que se refería a la CIA: no hay nadie que se considere un buen revolucionario que no le achaque a la CIA de sus desgracias y derrotas. No mencionó a la central estadounidense, pero estuvo muy claro que eso es lo que quiso decir.

Correa lanzó una punta a los firmantes de la polémica carta

En fin, si no hubiera sido por la revelación del símil que montó entre él y Copérnico, el video no habría aportado nada nuevo: todo fue exactamente la misma cantaleta sobre la tinta transferible a la que el expresidente, ahora, atribuye como causa para que le llamen loco. Incluso, aseguró, algunos seudocompañeros también piensan que está loco, haciendo una alusión a los cuadros del correísmo que le enviaron la carta en la que le pedían que se renueve la dirección de la Revolución Ciudadana y que se revisen los lineamientos ideológicos del movimiento. Es decir, Marcela Aguiñaga, prefecta de Guayas; Paola Pabón, prefecta de Pichincha; Juan Cristóbal Lloret, prefecto del Azuay; Pabel Muñoz, alcalde de Quito; y Leonardo Orlando, prefecto de Manabí.

Ninguno de ellos ha querido acompañar a Correa en su teoría de la tinta transferible o voladora, según la cual los votos que eran para Luisa González se transfirieron a Daniel Noboa debido a que las papeletas tenían sobre el casillero de González un repelente especial de tinta, y que se usaron unos esferos “increíbles” que llevan una tinta acuosa que, según esta teoría, brinca al otro lado, es decir al casillero de Noboa. Es precisamente esta teoría de Correa uno de los grandes diferendos con los cinco abajo firmantes de la carta y, tal como van las cosas, será insuperable a la hora de la próxima convención del partido en octubre.

Luisa González
Rafael Correa y Luisa González tuvieron un encuentro en Bélgica.Cortesía: Luisa González/ Facebook.

El documental del correísmo no revela lo importante

Y si lo de Copérnico fue una novedad, el gran fiasco del documental fue que nunca se reveló el nombre de “uno de los institutos de criminalística más respetables del planeta” que, según la presentadora, demuestra ahí el fraude electoral. Lo único que apareció en el tan anunciado documental fue una repetición, pero esta vez con una solemne voz en off en inglés, de lo que Correa ha repetido una y otra vez: que sobre el casillero de González se puso un repelente de tinta y que esa tinta se transfirió al casillero de Noboa.

Si el laboratorio que supuestamente prueba el fraude es “uno de los institutos de criminalística más respetados del planeta”, ¿por qué no revelaron su nombre? Pero no, no se dio el nombre del laboratorio y, enseguida, vino la retahíla de mentiras sobre el informe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El documental, en forma descarada, dice que la OEA dijo en su informe que hubo fraude por la tinta transferible y eso es, simplemente, una mentira cerdosa. Según la misión de ese organismo, no hubo una transferencia de tinta de un casillero al otro. Lo que hizo fue documentar casos aislados en los que, al doblar las papeletas, la tinta fresca podía manchar el espacio de la otra candidatura, pero también aclaró contundentemente que esos incidentes fueron muy pocos y que se manejaron directamente en las mesas de votación frente a representantes de ambas candidaturas y, en ninguno de los casos, se vio evidencia de que hubiera una intención deliberada de alterar los votos. Sin embargo, la supuesta afirmación de fraude por parte de la OEA fue el eje del documental.

Rafael Correa se queda solo en su 'locura'

En el video, con el que se suponía se iba a probar el fraude, se insiste en algunas ideas absurdas que Correa ha repetido una y otra vez: que era imposible que Luisa González tenga menos votos que en la primera vuelta, es decir que nadie podía dar marcha atrás, y que las encuestas (tanto las anteriores a la votaciones como las posteriores) le daban el triunfo a González. ¿Las encuestas son pruebas?

La presentación del video muestra algunos factores que rodean la vida de Correa. La primera, su soledad. Durante el documental, el expresidente no se apoya en absolutamente ninguna otra voz que abogue por la tesis del fraude: ni siquiera la de Luisa González. Luego, que es absolutamente incapaz de aceptar la realidad: no solo que se compara con Copérnico, sino que cuando habla del respaldo popular que tiene Daniel Noboa, lo hace atribuyéndolo a lo que Ana Arendt llamó la crisis de la verdad.

La crisis de la verdad es, para Correa, la única explicación de que Noboa, siendo un ser tan abominable como lo pintó, tenga la sartén por el mango de la política nacional. Una afirmación contradictoria, si se piensa que, para él, una de las pruebas del fraude es una mentira sobre el informe de la OEA.

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