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Valencia: “Sorprenderia que alguien piense otorgarle asilo al senor Alvarado”

Tras la salida de María Fernanda Espinosa de la Cancillería, en junio de este año, Lenín Moreno designó como titular de esa entidad al diplomático de carrera José Valencia.

“[Sobre Assange] Nos ha indignado que haya sugerencias de que la acción del país está determinada por Estados Unidos. [...] eso equivalía a la acusación de un delito”.

Es el artífice del giro en la política internacional del Ecuador. El canciller José Valencia, con la prudencia que caracteriza a los diplomáticos de carrera, habla de las diferencias entre su labor y el comportamiento de la última década en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En diálogo con EXPRESO, el funcionario aprovechó para dejar en claro el cerco que rodea a casos como la fuga de Fernando Alvarado y el asilo de Julian Assange.

- La gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores es la que mayor distancia marca si se compara con el gobierno anterior. ¿Cuál es la visión de lo que se encontró y hacia dónde se va?

- Las decisiones que tomo yo se guían y se rigen por la decisión del presidente Lenín Moreno. Él es el jefe de la acción internacional del país. Trato de ser proactivo para ejecutar esas directrices.

- ¿Cómo lidiar con el trabajo de embajadas y consulados cuando el Gobierno está en época de austeridad?

- Me ha tocado presidir la Cancillería en una época compleja en términos de presupuesto. En abril de este año hubo un recorte presupuestario de 10 %. En junio, pocos días después de que asumí la cartera, hubo otro recorte de 10 %. En agosto, además, hubo un nuevo corte de 10 %. Es un 30 % de ajuste solo en este año que se explica por la necesidad del Estado de adaptarse a las condiciones de ingresos. Eso nos lleva a reducir personal y optimizar gastos en oficinas en el exterior. El tema de los recursos no es fácil para ningún ministerio.

- ¿Se gastó demasiado antes? Ustedes tienen un recorte de 30 % pero siguen funcionando...

- Sí, efectivamente. Cuando hay recursos se pueden cometer o entrar en gastos que no tienen justificación. Recuerdo cuando fui embajador en Sudáfrica, que recibía por DHL publicaciones de temas ecuatorianos. No digo que las publicaciones no sirvieran pero en lugar de mandar por DHL se podían mandar por correo normal. Se tarda más pero no eran urgencias para la Embajada.

- ¿Cuál es el gasto actual de la Cancillería?

- El año pasado se utilizaron 136 millones de dólares. Este año, a septiembre, se han ejecutado 90 millones.

- ¿Unasur también es una fuente de egresos fuerte para Ecuador?

- Ecuador donó el edificio y luego para el financiamiento del personal cada Estado hace un aporte ajustado a las características de cada país. Ecuador paga una parte y en este momento no hay dinero para que subsista la secretaría. Hemos planteado que el aporte ecuatoriano del edificio es desmesurado y no se puede mantener. Nos daría mucha pena que se deteriore esa obra y estamos dispuestos a brindar una sede alternativa más pequeña.

- ¿Qué hacer con ese organismo multilateral?

- Unasur es el fruto del acuerdo de 12 países. Ahora 11 tras la salida de Colombia. Las decisiones deben tomarse como colectivo y eso lo tenemos claro. Lo que sí tenemos como país es una visión que esperamos que se lleve a cabo de una manera conjunta. Hemos planteado que no nos engañemos: estamos en crisis. No podemos cerrar los ojos ante una realidad: hay una crisis en la organización y la salida adelante es replantear la agenda que tenemos. Hay temas que se han llevado bien en Unasur como infraestructura y conexión, coordinación de salud pública, temas energéticos, seguridad, coordinación ante desastres naturales, entre otros. Sobre esa base se puede construir una agenda más pragmática y positiva. Dejando de lado las divergencias.

- ¿Esta postura genera más fricción con Venezuela?

- Nosotros tenemos una posición soberana en relaciones internacionales. Respetamos las decisiones que otros países tomen al respecto, pero también exigimos respeto. No creemos que lo que decidamos pueda merecer un cuestionamiento de otro país. Ecuador no va a tolerar eso.

- ¿Ese país, o cualquier otro, ha brindado asilo a Fernando Alvarado?

- Es un caso que concierne a la administración de justicia. Ecuador aún no tiene ninguna información oficial al respecto de un asilo. Nos sorprendería que alguien piense otorgarle asilo político al señor Alvarado porque él es una persona que ha roto la justicia, que infringió la ley. El asilo no puede entregarse a alguien que ha cometido un delito común.

- Otro asilo controversial es el de Julian Assange. ¿Está cumpliendo con las normas fijadas por el Gobierno ecuatoriano?

- No tengo ninguna novedad. El protocolo está vigente desde octubre y debe estarlo cumpliendo porque no tengo ningún reporte. Si el señor Assange, hipotéticamente, incumple esas normas será considerado en el marco del derecho internacional.

- ¿Qué consecuencias tendría un incumplimiento?

- Depende del tipo de incumplimiento. Hay faltas menores, pero si incumple el protocolo [de manera grave] Ecuador no tendrá otra opción que dar por terminado el asilo. Eso corresponde, y quiero ser enfático, a la ley internacional sobre asilo diplomático.

- Su nueva visión de política internacional repercutió en un acercamiento fuerte con los Estados Unidos...

- Hemos buscado revitalizar las relaciones con Estados Unidos. Es una relación amplia y creo que fue muy importante para los dos países la visita del vicepresidente Mike Pence al presidente Moreno. Permitió un diálogo al más alto nivel. Eso facilita la fluidez y la dinámica. Tenemos varios ámbitos de cooperación como el de seguridad. El narcotráfico es un tema serio e internacional que amerita un trabajo de combate también internacional. Los ecuatorianos no queremos que haya droga en el país, ni siquiera de tránsito. Los americanos tampoco quieren que se incremente el consumo en su país.

- Los críticos de su gestión consideran que el acercamiento a Estados Unidos vulnera la soberanía ecuatoriana...

- Esa es una tesis que rechazamos de plano. No dependemos de ningún país. Con todos los países del mundo tenemos coincidencias y podemos tener divergencias pero es claro que esta Cancillería, mientras yo sea canciller, no va a tener influencia externa para la determinación de su acción internacional.

- En el proceso judicial que trató el tema de Assange se mencionó el peso de la visita de Pence en la postura del país sobre el asilado. ¿Hubo injerencia?

- Nos ha indignado, y mucho, que haya sugerencias de que la acción del país está determinada por Estados Unidos. Esa afirmación se hizo en el marco de un proceso judicial y por tanto no se pueden tomar medidas. Pero si se decían fuera de un proceso judicial eso equivalía a la acusación de un delito y el Estado ecuatoriano va a responder con absoluta firmeza si eso llega a ocurrir.