Urge el dragado del Guayas

Cuando en la provincia del Guayas, la ciudadanía, los grupos de interés y los diferentes sectores hablan del dragado de su río principal y de los secundarios, sus opiniones no coinciden debido a que los gobiernos provinciales no han asumido ni resuelto el tema con la responsabilidad y la urgencia que este amerita.

De esto se viene hablando desde hace algunas décadas. Los sectores económicos y sociales de los diversos cantones de la provincia lo han planteado y se lo han demandado a los gobiernos de esas zonas, presionando para que el Consejo Provincial lo resuelva sin postergación. Sin embargo, esto no ha sucedido, tal vez porque los partidos y organizaciones políticas del Consejo no han comprendido las reales necesidades y la urgencia de esta demanda de la población.

Han sido las inundaciones de la estación lluviosa las que han obligado a los diferentes responsables a comprender que este no era un requerimiento inventado y de segundo orden, sino que merecía la atención oportuna de las instituciones y gobiernos correspondientes.

La tarea que se ha venido postergando a lo largo de 50 años implica la extracción de 4,5 millones de metros cúbicos de sedimento del islote Palmar y de la zona de Samborondón. Su costo será de 5,8 millones de dólares.

Es de conocimiento general que no todo el sedimento que se debe sacar del río Guayas lo genera la provincia, sino únicamente el 10 %. Por eso es preciso que tanto las provincias vecinas, como los organismos de alcance nacional intervengan en esa tarea.

La acción de dragar se ha constituido en una labor impostergable. Si no se lo hace con la celeridad que la situación demanda, diversas zonas del cantón Guayaquil y de los sectores cercanos a los ríos Daule y Babahoyo sufrirán inundaciones, afectando a los habitantes de las poblaciones de Daule, Nobol, Salitre, Samborondón, etc. y a sus cultivos agrícolas.

Pero superando la inmediatez de la necesidad de las acciones de dragado, es imprescindible poner freno a aquello que está dando lugar a la generación de la gran cantidad de sedimento que arrastra el río: la creciente deforestación del territorio. Los gobiernos cantonales y la ciudadanía tienen que comprometerse a iniciar esfuerzos conjuntos que permitan que esta afectación del medioambiente se detenga, o tendremos que atenernos a las consecuencias.