Urdesa se queda sin su legado arquitectónico

Urdesa se queda sin su legado arquitectonico

Cuando Lourdes Flores se mudó a Urdesa, a mediados de los años sesenta, el barrio era residencial.

Cuando Lourdes Flores se mudó a Urdesa, a mediados de los años sesenta, el barrio era residencial. En la zona proliferaban las viviendas de clase media alta, elaboradas en hormigón armado, líneas rectas y de poca ornamentación, estilo típico de la época.

“Esto aún era alejado, pasaba solo una línea de bus por aquí, había pocas tiendas y una sola panadería”, comentó.

En los noventa, el boom comercial fue alterando dramáticamente el rostro de la vía principal del barrio, la Víctor Emilio Estrada. Luego, los cambios de uso de suelo, aprobados por el Cabildo entre 1993 y 2013, permitieron el ingreso de locales comerciales a otras vías del sector, acabando con la concepción residencial del mismo.

Actualmente, los corredores comerciales de Urdesa suman diez, entre ellos Las Monjas, Guayacanes, Las Lomas y Circunvalación Sur.

Sin embargo, para los residentes, la principal víctima del crecimiento comercial ha sido el patrimonio arquitectónico.

“Urdesa no es lo que era. Casi todo se ha convertido en negocios, oficinas y apartamentos de alquiler. Son pocas las casas que aún quedan intactas, no se han dado incentivos para que los dueños las conserven”, indicó Bella Zavala, moradora desde hace treinta y siete años.

Con ella concordó Daniel Adum, artista que documentó las modificaciones de la zona en el libro ‘Urdesa’.

“De las casas que conservan la estética de los sesenta y setenta quedan pocas. No siento que se ha hecho nada por preservar el barrio. Más bien siempre se priorizaron los intereses comerciales”, dijo.

El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) indicó que en el sector se han considerado diecisiete inmuebles como patrimoniales (ver entrevista). Esta categorización, de ser aceptada por los propietarios, no viene con incentivos económicos que estimulan a la conservación, pero sí con beneficios como el pago reducido de impuestos prediales.

¿Hay una solución? David Hidalgo, máster en Preservación de Patrimonio Urbano y docente de la Universidad de Guayaquil, cree que sí.

“Ni el INPC ni el Municipio han tomado cartas en el asunto, pero si se inventarían las casas con carácter patrimonial y se elaboran expedientes para los inmuebles que cumplan con el lenguaje de la arquitectura moderna, se podría lograr una declaratoria del barrio”.

Heidi Anchundia catalogadora de bienes / Instituto Nacional de Patrimonio Cultural

“Se ha desvirtuado la esencia del barrio”

¿El crecimiento comercial es responsable de los cambios en Urdesa?

Bueno, ya había cambios, pero en la última década se ha visto una mayor agresión al patrimonio. Antes la afectación era principalmente en la Víctor Emilio Estrada, ahora ha extendido. La esencia del barrio se ha desvirtuado y se debe a que, a su debido tiempo, no hubo los controles necesarios.

¿Aún quedan estructuras en la zona que pueden considerarse patrimoniales?

Sí, aún hay un grupo considerable de viviendas patrimoniales. Hasta el momento, el Instituto de Patrimonio Cultural ha considerado diecisiete inmuebles que mantienen sus características tradicionales, pero esto no quiere decir que no se puedan agregar más inmuebles. Aún estamos catalogando.

¿Por qué considera que los propietarios optan por la modificación versus la conservación?

Hay cierto recelo por parte de los propietarios, que creen que esto significa que no la pueden vender. Pero eso es falso. Si su casa es patrimonial, usted la puede vender, heredar e incluso refuncionalizarla, como por ejemplo la casa donde funciona el Banco del Pacífico. Lo que no se puede hacer es alterar la esencia de la edificación.