Hay expectativas en la comunidad universitaria frente a esta nueva evaluación con fines de acreditación.

La Universidad de Guayaquil recibira a evaluadores

La alma máter busca acreditación. Los técnicos verificarán avances en infraestructura.

Un equipo de evaluadores del Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Caces) visitará, el jueves 14 y viernes 15 de noviembre, la Universidad de Guayaquil, para realizar la verificación técnica como parte de la evaluación externa con fines de acreditación.

La visita de verificación técnica tiene el propósito de recoger información mediante la observación directa en las instituciones de educación superior, para levantar un informe sobre estándares referidos con bibliotecas, infraestructura, gestión interna de la calidad, bienestar universitario y estudiantil, uso social del conocimiento e internacionalización.

El personal del equipo técnico del Caces registrará la información en fichas de formato impreso durante la visita y, posteriormente, subirán los registros en la plataforma informática habilitada para la evaluación externa.

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Hay mucha expectativa frente a esta evaluación, entre directivos, docentes y estudiantes de la Universidad de Guayaquil, que desde octubre del 2018 está intervenida por segunda ocasión. La primera fue en el 2013, poco después de que cayera de la categoría B a la D, la más baja del sistema de evaluación de ese entonces. Casi al cierre de ese proceso, se anunció su retorno a la categoría B.

Monserrat Bustamante, miembro de la Comisión de Intervención para el Fortalecimiento Institucional (CIFI) y vicerrectora académica, indicó que la entidad está lista para recibir al Caces, dentro de sus limitadas condiciones. “Nos vamos a presentar con la misma infraestructura y ciertos adicionales que se han podido hacer este año. Creemos que si la universidad acreditó en el 2016, de allí para acá no deberíamos tener una gran distancia en cuando a infraestructura. No hemos podido realizar mejoras porque no hemos tenido los recursos. No obstante, se han podido inaugurar obras que estaban paralizadas y que fueron viabilizadas por la CIFI”, señaló.

Entre los trabajos realizados mencionó la inauguración de ocho aulas en la Facultad de Administración; el Museo Anatómico en la Facultad de Medicina; la habilitación de la Casona Universitaria y la inauguración de cuatro aulas para posgrado; la compra de dos pasos de Internet para el área de investigación; así como otras obras que estaban pendientes.

Los estudiantes y docentes creen que la acreditación es una prueba para los 12 meses de intervención. Mariela Solórzano, de la Facultad de Arquitectura Escuela de Medicina, dice que la universidad no tiene lo necesario para acreditar y eso le preocupa. “Hay fallas en los cronogramas académicos y eso perjudica al alumnado”, manifestó.

Sin embargo, Carlos Méndez, estudiante de Psicología, considera que la alma máter tiene todo para pasar esta prueba.

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Los informes de la verificación técnica estarán disponibles para los comités de evaluación externa antes de la realización de la visita in situ a desarrollarse del 2 al 13 de diciembre de 2019.

Con las reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) se eliminó la categorización de las universidades (A, B C o D), ahora plantea que se acredita o no se acredita. La acreditación significa que ha cumplido con los estándares propuestos en la evaluación, que está certificada y que funciona con condiciones básicas de calidad.

Los resultados de la evaluación se entregarán en febrero del 2020 y las universidades que no acrediten tendrán tres años para volver a ser evaluadas. Si en esa ocasión tampoco lo logran, deberán cerrar sus puertas.