Su ultima cena
Soldador de profesión, Juan Álvarez comió y compartió con su familia en Nochebuena... horas más tarde, cayó de un muro y falleció.
Juan Álvarez, de 34 años, murió de una forma que nadie nunca imaginó. La madrugada de este miércoles 25 de diciembre, cerca de las 04:00, al salir de la casa de sus suegros, ubicada en Santa Bárbara, en la parroquia de Zámbiza, nororiente de Quito, cayó de un muro de dos metros en la entrada del inmueble.
Además su cuñada, quien lo acompañaba, perdió el equilibrio y cayó encima de él.
Como resultado, el hombre sufrió una fractura en la parte posterior de la cabeza y se quedó sin respiración.
La ambulancia, según Esteban, uno de sus amigos, tardó aproximadamente una hora en llegar. Cuando estuvieron en el sitio, era tarde. Álvarez había muerto.
Horas antes
El hombre fue a celebrar la Navidad con la familia de su esposa. Allí compartieron sus últimos brindis, abrazos y también su última cena. Pues el final de la velada se empañó con la tragedia.
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Terminada la comida, los festejos se extendieron hasta la madrugada del miércoles, en una juerga de bailes y abrazos.
Y él quiso ir con su cuñada a comprar lo necesario para continuar con la fiesta. Fue esa decisión la que más tarde le costó la vida.
Su historia
Él nació en San Roque, centro de Quito, y se mudó a la casa de los padres de su esposa hace cinco años.
Pero visitaba a su familia y amigos todos los fines de semana. Jugaba con ellos, en un equipo de la liga barrial. La mañana de ayer, ellos organizaban un evento deportivo para despedirlo.
Álvarez trabajaba como soldador en el sur de la capital. Era el sustento de su hogar. Ahora sus tres hijos, el mayor de 7 años, quedaron a cargo de su mujer, que es ama de casa.
A la morgue asistieron sus amigos de la infancia y su familia. Todos intentaron consolar a su afligida esposa.
Ninguno de ellos creía lo que había pasado. Lo recordaron como un hombre saludable y risueño.