Encierro. Pasadas las 16:44 de ayer, Álex Bravo fue trasladado a la cárcel 4, ubicada en el norte de Quito.

Tres empresas de Bravo recibieron 140 contratos

La defensa asegura que Álex Bravo “no tuvo nada que ver” en los hechos que le imputan. En los 90 días que durará la instrucción fiscal, Víctor Andrade, abogado del exgerente de Petroecuador, intentará desvirtuar los cargos. Será una defensa técnica, di

La defensa asegura que Álex Bravo “no tuvo nada que ver” en los hechos que le imputan. En los 90 días que durará la instrucción fiscal, Víctor Andrade, abogado del exgerente de Petroecuador, intentará desvirtuar los cargos. Será una defensa técnica, dijo.

Andrade explicó a EXPRESO que sus argumentos se centrarán en el ámbito de responsabilidades que Bravo tuvo en la petrolera estatal. Hablará de los cargos que ejerció y sus tareas. Eso, cree él, permitirá “determinar que, por lo menos, en los hechos que le atribuye el fiscal, él nada tuvo que ver”.

La noche del lunes, el fiscal Franklin Bravo dictó la instrucción por el presunto tráfico de influencias. La jueza Fátima Llundo ordenó la prisión del acusado durante 90 días. Bravo pasará ese tiempo en la cárcel 4, en Quito.

La jueza dispuso, además, la retención de sus cuentas y la prohibición de enajenar los bienes que se encuentran en su nombre. Aunque para Andrade no había elementos para sustentar la prisión de Bravo, no interpondrá ningún recurso para buscar su liberación.

Durante la audiencia, el fiscal contó que, durante su gestión, Bravo habría participado en procesos precontractuales y actos administrativos vinculados de forma directa a empresas en las que sus familiares son accionistas o trabajadores.

Para el fiscal, las acciones del exgerente se habrían dirigido a utilizar el patrimonio y los recursos de Petroecuador, en favor de terceros relacionados con él por vínculos familiares y de amistad.

Y repitió que tres empresas vinculadas con el exfuncionario se beneficiaron de contratos con la estatal.

La primera, de servicios, habría obtenido 85 contratos. Uno de ellos por 35 millones de dólares. En esa compañía (la Fiscalía se reservó el nombre) trabajaban cinco familiares de Bravo, entre hermanos y primos.

La segunda firma habría accedido a 57 contratos, uno con la Refinería de Esmeraldas. Allí laboran la hermana y el padrastro del acusado.

La Fiscalía asegura que un tercer grupo empresarial es proveedor de Petroecuador, desde 2014, por montos superiores a los 85 millones.

Para corroborar la relación laboral de los supuestos familiares de Bravo con esas empresas, la Fiscalía presentó certificados de la Seguridad Social.

Pero el tráfico de influencias no sería el único delito por el cual se investigará al exgerente de la petrolera. Al final de la audiencia, Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia, mencionó otro posible delito.

“Hay una denuncia que hay unos pagos al exterior de unos contratistas petroleros a las cuentas del señor Bravo a través de compañías. Eso configuraría delito de cohecho”, dijo. Aunque agregó que eso aún debe ser verificado. En un escrito, Mera pidió a la Fiscalía solicitar asistencia penal internacional de las autoridades de Panamá para esa revisión.

El lunes, Mera también habló de un posible delito de peculado en el caso. Ayer, el proceso fue remitido a la sala de sorteos.

La utilidad de Petroecuador es cuestionada

El sector petrolero ecuatoriano atraviesa momentos difíciles. A los bajos precios del crudo y las denuncias de corrupción se suma una ola de críticas a las empresas estatales.

Las operaciones de Petroecuador, por ejemplo, despiertan dudas al exdirigente sindical, Fernando Villavicencio. Él considera que desde 2012, cuando la empresa traspasó la exploración y explotación de crudo a Petroamazonas, Petroecuador se convirtió en una empresa “membrete”.

Con él coincide el exministro de Energía, Fernando Santos Alvite. Pese a su accionar reducido, resaltó a EXPRESO, los gastos siguen siendo tan altos como antes.

Según los consultados, entre Petroecuador y Petroamazonas hay cerca de 11.000 empleados. Una cifra injustificable, dicen, si se toma en cuenta que varias operaciones petroleras fueron delegadas a compañías privadas.

Actualmente, Petroecuador está a cargo de la importación de derivados, la refinación y almacenamiento de crudo y la comercialización del recurso. Un negocio, que según las cifras de 2015, no fue tan rentable como en años anteriores. El resultado neto de la empresa, el año pasado, fue de 752 millones. En 2014, el monto superó los 4.807 millones. JMF