El tren playero

El anuncio hecho por el Lcdo. Lenín Moreno de construir un tren para un recorrido marginal en la costa ecuatoriana podría tener una interesante repercusión en el turismo y el comercio de la zona, lo cual redundaría a favor del progreso de la región servida por el mismo.

Nos vemos obligados a razonar sobre la conveniencia o no de realizarlo, y sin apasionamientos, los hechos negativos que rodean la obra superan a un posible impacto positivo fruto de su puesta en marcha. El primer obstáculo está dado por el número de paradas o puntos en los cuales se detendría el tren, que son aproximadamente 30. Eso desde ya lo limita en cuanto a su velocidad de desplazamiento, ya que no sería jamás un tren rápido sino de velocidad moderada, es decir que no será un tren bala ni mucho menos un TGV -transporte de gran velocidad-, sino un tren corriente que irá máximo a 90-100 kilómetros por hora. En segundo lugar analizaremos el costo del pasaje y observamos que si bien es factible que un turista lo pague por una sola vez para hacer un hermoso recorrido, no los viajeros comunes, es decir los autóctonos o nativos de la zona, pues tomarán en consideración que el viaje completo Daule-Manta les costará por lo menos unos 80 a 100 dólares. ¿Qué valor tendrán los diferentes tramos? ¿Será más económico viajar por tierra? Una importante cantidad de pasajeros transportará además de su equipaje, víveres, vituallas, enseres, material de trabajo, etc., y deberá conocerse si tendrá las facilidades para llevar todo cuanto se necesita. Según el número de pasajeros o vagones y en atención a la distancia a recorrer, deberá haber 1 o 2 coches-comedor bien provistos y atendidos para satisfacer las necesidades gastronómicas de los viajantes. ¿Habrá una oferta hotelera suficiente para alojar a los potenciales visitantes?

Tenemos prioridades y pienso que el mantenimiento de la vía Guayaquil-Salinas es importante; que una vía de primer orden Guayaquil-Machala-Puerto-Bolívar es fundamental, así como una Guayaquil-Quevedo-Santo Domingo de los Tsáchilas ¡Ahorremos los recursos que no tenemos!

Y sigo andando...