El tren de cercanias

El último encuentro que hicimos por Guayaquil y su zona de influencia fue en septiembre del 2006 en la casa club de La Costa, un evento organizado por los mismos soñadores de siempre: Joseph Garzozi, Willington Paredes, Eduardo Egas, Juan Alvarado, entre otros. Tenía como objetivo lograr acuerdos mínimos para mejorar la competitividad de Guayaquil.

En aquella ocasión el facilitador fue Arturo Condo, con su equipo del Incae, del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible. El nombre del evento lo decía todo, era el V Encuentro Cívico por Guayaquil, denominado El futuro es ahora. Esta vez fue también organizado por la Junta Cívica, bajo el liderazgo de Carlos Estrada, y participaron como panelistas Eduardo Jurado Béjar, Paul Palacios, Walter Spurrier, entre otros.

Entonces empujábamos la autonomía, hablábamos de cuáles deberían ser esas líneas estratégicas para una agenda económica de Guayaquil autónomo. Se analizaron muchos de los ‘clusters’ de desarrollo, pero... ¿Por qué recordar el pasado? Pues por el anuncio del presidente Moreno en las fiestas de octubre sobre la construcción de un tren de cercanías, propuesta coherente con el primer punto que hablábamos en el 2006, al reconocer como elemental en el componente de infraestructura productiva y tecnológica el crear el ferrocarril metropolitano, con servicio durante 24 horas, que vincule a todas las pequeñas ciudades cercanas permitiendo el desarrollo de viviendas y negocios de industrias en dichas ciudades y disminuyendo la presión de la inmigración a la ciudad.

El tren que conecte Guayaquil, su puerto, su nuevo aeropuerto, su puerto de aguas profundas, Manta, la ruta del sol, las poblaciones de Nobol, Daule, Durán, fue imaginado y diagramado por varios de nosotros y desde hace doce años sabíamos que nos hacía falta para descongestionar la urbe porteña. Hoy aplaudo la propuesta del tren; fuera de todo cálculo político, nuestra ciudad lo necesita. Dejemos la mala costumbre de criticar si la obra se hace en Quito, también si se hace para nuestro bien.