Desesperanza. Rosendo tiene ocho días sin trabajar y tiene miedo de volver a abrir su negocio.

El trasfondo social de los saqueos

Expertos en seguridad, psicología y sociología analizan los hechos. Apuntan a la vulnerabilidad social y económica de estas zonas; y a la falta de reflexividad y ética.

La mirada de Rosendo Maldonado se pierde entre los escombros de lo que fue su supermercado, el primero del Guasmo Sur. En una de las vitrinas vacías aún hay huellas de sangre. Lo que más le apena de los saqueos en su local, que evaporaron 41 años de trabajo, es que no solo fueron protagonizados por delincuentes, sino por ciudadanos comunes.

“Aquí entraron hasta mujeres de la mano con niños”, dice apenado el propietario de lo que fue su centro de abastos, ubicado en la cooperativa Causa Proletaria, en el sur de Guayaquil. Allí, decenas de saqueadores ingresaron el pasado 3 de octubre para vaciar el lugar.

En total, entre Guayaquil y Durán, 60 locales fueron afectados, informó el Departamento de Análisis de Información del Delito (DAIN) de la Policía Nacional de la Zona 8.

En siete distritos, el más afectado fue el Sur, con 28 almacenes damnificados.

De acuerdo con Nadia Soria, psicóloga clínica y docente de la Universidad de Guayaquil, esto comprueba que este tipo de actos son más probables en zonas vulnerables, es decir, de quintiles de pobreza.

“Las personas que, por lo general, viven en ciertas situaciones socioeconómicas, que tienen problemas internos con la familia, tienden al desorden. Y cuando hay un llamado al desorden, estas conductas se manifiestan más”, explica la especialista. Esto se revela cuando no se sienten vigilados, añade.

Aunque si bien no se ha analizado a cada uno de los saqueadores, añade que lo más probable es que provengan de entornos con multiproblemas. “Podrían tener problemas con drogas, o con embarazos a temprana edad”, deduce.

¿Pero por qué en Guayaquil? El sociólogo Carlos Tutivén, catedrático de la Universidad Casa Grande, argumenta que el perfil del guayaquileño común apunta al ‘individualismo malo’, es decir, egocéntrico, que no apunta a buscar bienes comunes, en sociedad. “Desgraciadamente, en Guayaquil en la vida cotidiana podemos notar que sigue primando una ideología racista, clasista y excluyente. Se dio una barbarie (saqueos) porque no existen amortiguadores culturales. No pensaban en lo que hacían, sin medir consecuencias”.

Esos amortiguadores sociales son la reflexividad y la ética para ponderar los actos positivos de los negativos, tener una moral social compartida, que se derivan de una “educación en bancarrota”. “Eso está muy debilitado en Guayaquil. El humanismo está en bancarrota. Hay que reforzar la educación en el espacio urbano y eso nadie se lo ha cuestionado en Guayaquil”, precisó.

Considera que este tipo de situaciones, como que incluso ciudadanos sin antecedentes penales o que no están dedicados a delinquir caigan en actos vandálicos, se deriva de una decadencia del vínculo social, es decir, de la vida en comunidad.

Adicionalmente destaca otro rasgo: el consumismo. “La gente buscó a toda costa tener un televisor, una refrigeradora o todo lo que no le pertenece y aprovechar la situación para adquirir esos bienes”.

Ese 3 de octubre Rosendo miraba desde lejos cómo adolescentes, hombres, mujeres, niños, niñas, entraban apretujados en su tienda y salían no solo con sus productos, sino con cajas registradoras, impresoras, televisores y todo lo que encontraron a su paso.

Abraham Correa, quien fue director de Inteligencia de la Policía Nacional y estuvo presente en múltiples manifestaciones en los últimos años, no recuerda saqueos tan “terribles” como los ocurridos en Guayaquil y Durán este mes.

El experto en seguridad considera que estos actos no fueron espontáneos, sino que estuvieron planificados por personas que pretendían alterar el orden. “El resto de ciudadanos que participaron, motivados por esa falta de control, también se unieron para aprovecharse de la situación”.

A su criterio, son estos grupos los que incentivan a los miembros de la fuerza pública a que actúen de forma agresiva y “los comprometen”. “Es ahí cuando se dan enfrentamientos y se genera más violencia”, analiza.

Créditos

Según el gobernador del Guayas, Pedro Pablo Duart, los afectados recibirán créditos para reactivar sus negocios. Según Rosendo, todavía tiene dudas al respecto.

Las frases

“Las redes son la gran caja de resonancia de miedos, de prejuicios, de ideologías fragmentarias”.

Carlos Tutivén, sociólogo

“Estas personas son las que incentivan a la violencia y hacen que se peleen entre hermanos”.

Abraham Correa, experto en seguridad