Peligrosa, pero... El justificativo de los comuneros es que peor y más demorado es subir por la montaña.

Trabajos viales frente a la tarabita emergente

No a la tarabita. El Comité de Operaciones Emergentes (COE) provincial dispuso la suspensión del uso de la tarabita, pero los habitantes no acogieron esta medida.

Tomó una sábana, envolvió con mucho cuidado a su pequeño de cinco meses y luego se la amarró entre el cuello y la cintura. Estaba lista para subir a la tarabita unipersonal, aquella que fue instalada por comuneros sobre un abismo de 80 metros de profundidad en donde la carretera Bilbao-Cotaló colapsara el 22 de febrero pasado.

Diana Rosero subió al cajón que funciona como transporte. Solo miró al frente donde su esposo la esperaba. Ese trayecto de 50 metros de largo debe hacerlo todos los días, porque al otro lado de la quebrada están los terrenos de su padre a quien ayuda en la cosecha de la mora.

Diana habita en la parroquia Bilbao, de Chimborazo, pero los terrenos están en Cusúa, en Tungurahua, límite donde hace un mes están incomunicados porque la calzada se hundió por una vertiente.

“Es peligroso pero debemos hacerlo. Hasta que culminen los trabajos hay que seguir utilizando la tarabita porque es más rápido”, mencionó la joven de 27 años.

Desde hace más de un mes allí están maquinarias del Gobierno Provincial y de los municipios de Baños, Pelileo y Penipe para habilitar el tramo.

Jorge Toapanta, técnico del Gobierno Provincial, informó que se realiza el relleno para hacer una mesa provisional y luego utilizar explosivos controlados para hacer explotar las rocas.

“El trabajo es complejo en esta vía porque las rocas son muy duras y las máquinas no se pueden romper con facilidad. Una vez que se rellene el hueco podrá demorar unos dos meses habilitar por completo la carretera”, afirmó el técnico.

Luis Rosero, agricultor y habitante de Bilbao, mencionó que una de las soluciones sería construir un puente bailey, para que así los agricultores puedan sacar de inmediato los productos.

Mencionó que en la actualidad están en la cosecha de la mora, tomate de árbol y granadillas y que por lo general llevan a vender a los mercados grandes como en Ambato y Riobamba. Para evitar que se pierdan en los huertos debe pasarlas por la tarabita.