Trasplante. El paciente quiteño Hernán Velasco recibió un nuevo hígado.

Termina la espera para los pacientes del Luis Vernaza

Tres beneficiarios de la casa de salud recibieron trasplante de órganos.

“De la esperanza pasé a la desesperanza”. Así describe Hernán Velasco su año y medio de espera para recibir un trasplante hepático. El quiteño de 60 años cuenta, desde una camilla del hospital Luis Vernaza, la tensión que vivió mientras veía cómo su cuerpo se “desgastaba” a la espera de un donante.

La tensa espera terminó esta semana para él y para otros dos pacientes más, quienes recibieron los órganos que con tanta urgencia necesitaban.

La coordinadora de la Unidad de Trasplantes y Tejidos de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, Candela Cevallos, explicó que a la hora de hacer un trasplante es importante verificar la compatibilidad genética entre el donante y el receptor. Esto implica un proceso para identificar la antigüedad en diálisis, el peso, edad, altura y otros factores que determinarán la compatibilidad.

Al salir del hospital, Hernán piensa escribir una novela sobre su experiencia para concienciar sobre la importancia de donación de órganos. “Es regalar vida”, dice.

Frente a su habitación se encuentra Verónica Mendoza, paciente de trasplante de riñón. La mantense necesitará un mes para recuperarse y regresar a su ciudad natal, pero tuvo que esperar 6 años para encontrar un donante. “Cuando me llamó el doctor le dije que no sea mentiroso”, dice entre risas.

La casa de salud recibió la acreditación del Instituto Nacional de Donación de Órganos y Tejidos, Indot para realizar los trasplantes en 2009.