
Sombras de corrupcion en el contrato de limpieza
El Municipio acusa al Sercop de “prostituir y no transparentar” el proceso de recolección. Guayaquil Limpio piensa que la contratación ha sido manipulada.
El Municipio de Guayaquil y el Servicio de Contratación Pública (Sercop) se enfrentan. El motivo: la adjudicación a la compañía Urvaseo (Valango y Urbaser) del contrato del servicio de barrido, limpieza, recolección y transporte de desechos sólidos no peligrosos de la ciudad por 466,5 millones de dólares. Hay sospechas de irregularidades en el proceso, de ambos lados.
La alcaldesa Cynthia Viteri califica de “sospechoso” el accionar del Sercop, que le pide explicaciones. Siete días tiene el Municipio para entregar los justificativos técnicos y legales que desvirtúen el contenido del reclamo presentado por Guayaquil Limpio. El consorcio perdedor de la licitación está integrado por Promotora La Laguna (mexicana) e Hidalgo e Hidalgo, que es investigada por corrupción en cuatro países latinoamericanos, incluido Ecuador, por el pago de sobornos para beneficiarse de contratos estatales.
Durante su enlace semanal de ayer, la alcaldesa Viteri dijo que se está prostituyendo el proceso de contratación y recordó los casos de corrupción por los que está siendo investigada Hidalgo e Hidalgo, hasta ahora accionista de la empresa Puerto Limpio, que tiene contrato prorrogado por el servicio de recolección de basura.
“Ojalá la influencia que tuvo la otra compañía, que fue la que perdió, Hidalgo e Hidalgo, en el Gobierno anterior, no se repita en el Sercop en esta administración. Aquí los que salen perdiendo son los guayaquileños, que no tienen el servicio inmediato de recolección eficiente de la basura. (...) Aquí el Sercop está para transparentar, no para prostituir procesos”, declaró.
Viteri se refiere a la investigación judicial por la supuesta entrega de más de 900.000 dólares a Alianza PAIS, entre 2012 y 2016, a cambio de contratos de obras en el gobierno de Rafael Correa. A eso se suman los señalamientos hacia Hidalgo e Hidalgo por ser parte de la red de pago de sobornos de la compañía brasileña Odebrecht en Panamá, Colombia y Perú.
Samuel Reyes Salvador, representante de Urvaseo, el consorcio ganador del concurso, apoya la postura de Viteri. Él defiende su oferta económica, que fue “casi 18 millones más baja que la del consorcio Guayaquil Limpio y aproximadamente 44 millones por debajo del precio referencial de las bases de la licitación”.
El monto bajo de la oferta es lo que cuestiona Rafael Chona Avendaño, representante del consorcio Guayaquil Limpio, que cree que los pliegos de los oferentes estaban dirigidos hacia el operador actual.
Chona, quien admite que la reputación de Hidalgo e Hidalgo por las sospechas de sobornos ha influido en el proceso de contratación con el Municipio, no descarta que de por medio haya empleados municipales involucrados en un tema de corrupción. Su pedido es que la alcaldesa convoque a un nuevo proceso “transparente y vigilado por sus funcionarios”.
Hasta mientras el contrato adjudicado, pero no firmado, se mantiene suspendido por orden del Sercop. De no haber respuesta al oficio, o ambigüedad en la misma, en los plazos que se establecen, esto derivará en sanciones, determinó la entidad, que solo se pronunció a través de un comunicado de prensa.
La decisión de suspensión del contrato, detallada en un oficio de cinco páginas con fecha del 22 de agosto, se tomó por un reclamo presentado por Chona, debido a supuestas irregularidades en la etapa de calificación de los oferentes. Una de ellas, señala el documento del gobierno en la sección del reclamo, radica en la propuesta económica presentada por Urvaseo, por un monto de 402 millones de dólares, con un plazo de 2.737 días (siete años) para la ejecución del servicio.
“De la revisión económica efectuada al consorcio Urvaseo, no se establece que cumple con los formularios de oferta económica, pues no publican los detalles de los rubros que cumplió. Debe tenerse presente que para llegar a una oferta económica tan baja, la única manera era ofertar sueldos que no cumplan los valores mínimos de ley y/o no considerar rubros dentro de la oferta económica”.
En el reclamo también se critica que en la resolución de adjudicación del proceso se haya determinado que Guayaquil Limpio no cumple con las especificaciones de los pliegos municipales.
CONTRATO
Una limpieza prorrogada
Han pasado dos años desde que feneció el contrato de recolección de desechos para Guayaquil con el consorcio Puerto Limpio. Actualmente, dicho servicio ha sido prorrogado.
A esta empresa la componen, precisamente, las dos compañías que ahora se enfrentan por la adjudicación del servicio: Hidalgo e Hidalgo y Valango.
Puerto Limpio ha sido criticada por falencias en las frecuencias y recientemente fue multada por el Municipio porteño, debido a deficiencias en el servicio que brinda.
Durante su enlace semanal del 22 de agosto, Viteri aseguró que los pliegos (criticados por una de las empresas oferentes, en el contexto de que no contemplan el reciclaje) no fueron impuestos durante su administración, sino en la anterior.
Un oficio y un comunicado ratificaron la postura del Sercop, dirigido por Silvana Vallejo, de suspender el contrato de recolección de desechos. Por dos ocasiones, el sistema de esta entidad falló y truncó las primeras licitaciones del proceso.
El consorcio Urvaseo está conformado por Valango y Urbaser. Esta última, hoy en manos chinas, fue investigada en 2011 en España por el pago de presuntas coimas para ganar contratos de recolección de basura en municipios de ese país.
El consorcio Guayaquil Limpio lo integran Hidalgo e Hidalgo y La Laguna S. A. La primera empresa es investigada por casos de corrupción en Ecuador (Sobornos 2012-2016) y Perú, Colombia y Panamá (por la trama de corrupción de Odebrecht).