La solucion: economica, no financiera
La gravísima crisis que vive Ecuador, derivada del pésimo manejo de la economía y falta de sentido común en las finanzas públicas por la revolución de Correa y su gente, es equivalente a, por lo menos, 10 feriados bancarios.
El dispendio financiero (consumo - derroche - desembolso - despilfarro - gasto público) ha superado todo criterio económico. El endeudamiento del gobierno es monumental. No hay opciones de financiamiento. Standard & Poors (S & P) rebaja los bonos de largo plazo del gobierno de Ecuador de B a B-, igual a bonos basura.
Bonos basura son los papeles que emitió el régimen de Correa para gastar y respaldar sus frenéticos endeudamientos. Esto significa que la deuda externa de Ecuador y sus papeles de respaldo son inferiores al riesgo básico. Es altamente especulativa y debe pagar mayor tasa de interés. Como la calificación es muy mala, el interés que tiene que pagar Ecuador por lograr financiamiento es mayor, y el plazo menor.
Los bonos emitidos por Correa y su gobierno para lograr liquidez han llegado al 10,75 % y solo a 5 y 10 años plazos.
Por la caída de precios de petróleo y el exagerado gasto fiscal (desapareció su “jaguar americano”) la misma Standard & Poors (S & P) advirtió y castigó al Ecuador. La urgente y “amplia necesidad de financiamiento y las limitadas alternativas en el mercado doméstico provocaron un aumento de las vulnerabilidades fiscales y externas”, y la calificó como B. S&P estima que Ecuador tiene un nivel de endeudamiento que rebasa el límite constitucional del 40 %, con un servicio de la deuda imposible de manejar.
Correa y su “revolución ciudadana” elevaron la deuda de Ecuador del 46,7 % del PIB, al 48 % en este año. El déficit fiscal supera US$ 13.000 millones.
La solución ya no es financiera. Es estrictamente económica. Solo el sector productivo privado y la competencia pueden superar la insolvencia y quiebra financiera. Al gobierno de Moreno le toca eliminar esa agresiva y perversa maraña de impuestos, disminuir su gasto público. Austeridad fiscal.