Tiempo de solidaridad

“Hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para matar y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir...” (La Biblia - Eclesiastés 3).

El 16 de abril a las 18:58 se sintió un leve temblor en Cuenca, un poco más fuerte en Playas y en Guayaquil ya fue muy fuerte. Derrumbó casas, cortó la energía eléctrica y el temor empezó a generar caos. Ningún medio de comunicación daba noticias, los mensajes, fotografías y videos en las redes sociales suplían la deficiencia informativa. La televisión colombiana y CNN fueron los primeros medios que informaron del “terremoto” en Ecuador, con una intensidad de 7.8 grados en la escala de Richter, y epicentro en Pedernales - Manabí. Hubo desinformación por dos horas, hasta que un canal de televisión de Gobierno dio la noticia oficial.

Es el peor desastre de los últimos 67 años en Ecuador, sin que aún lleguemos a dimensionar su magnitud. Los efectos de destrucción y muerte fueron catastróficos en el epicentro y lugares cercanos. En el exterior existió mayor información de la gravedad del terremoto, por lo que a las 24 horas la ayuda internacional se hizo presente, así como el voluntariado y aportes solidarios de la ciudadanía, empresa privada y ONG ecuatorianas, vapuleadas horas antes.

Es imprescindible una prudencial tregua política, que nadie se apropie del protagonismo en la desgracia ni se la utilice para más cargas tributarias; que unos no critiquen la calidad de las carreteras ni los otros la construcción de pasos a desniveles. El Gobierno debe reducir la burocracia y sus gastos. Por ahora no critiquemos la mordaza o censura de información, la inercia gubernamental, ni la ausencia de un fondito de contingencia. Seamos unidos en momentos como este, no contestatarios ni confrontativos. Es tiempo de solidaridad, de construir, de levantarnos y seguir formando patria, con trabajo fructífero y ahínco denodado, en pos del bien común, bajo una cultura de paz y libertad, para este Ecuador de todos y para todos, desde siempre y para siempre.

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