Actividades. El jefe de los senadores, Renan Calheiros, ayer en Brasilia.

El senador Calheiros se salva una vez mas

El presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros, de 61 años, salió apaleado pero salvó su pellejo en el último de los desafíos de una carrera marcada por alianzas heteróclitas, denuncias de corrupción y escándalos de folletín.

El presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros, de 61 años, salió apaleado pero salvó su pellejo en el último de los desafíos de una carrera marcada por alianzas heteróclitas, denuncias de corrupción y escándalos de folletín.

La Corte Suprema decidió ayer que Calheiros puede mantener su cargo, contrariamente a lo ordenado por uno de sus jueces, pero lo excluyó de la línea de sucesión presidencial, por estar procesado.

Por seis votos contra tres, el Supremo Tribunal Federal (STF) adoptó esa solución de compromiso, para alivio del presidente conservador Michel Temer, que cuenta con el apoyo de Calheiros para concluir la semana próxima su primera gran reforma de ajuste fiscal.

El juez Marco Aurelio Mello había ordenado el lunes suspender al legislador de su cargo, a pedido de un partido de la oposición, que alegaba que una persona confrontada a un proceso judicial, como Calheiros, no podría mantenerse en la línea de sucesión presidencial.

Calheiros fue inculpado la semana pasada de malversación de fondos públicos.

El senador, según la acusación, usaba el dinero pagado por el lobista de una constructora para pagar la pensión alimenticia de una hija nacida de una relación extraconyugal. A cambio, la empresa obtenía enmiendas legislativas favorables a su negocio.

La causa se arrastraba desde 2007 y fue la primera admitida de una docena que se acumulan en su contra, muchas de ellas relacionadas con el gigantesco escándalo de corrupción de Petrobras.

El asunto de las pensiones alimenticias le había obligado a renunciar a la presidencia del Senado en 2007. El escándalo se convirtió en un verdadero folletín cuando la madre de su hija, una periodista, posó desnuda para la revista Playboy.

En 2013, Calheiros se vio envuelto en otro embarazoso episodio, cuando la prensa reveló que había usado un avión de la Fuerza Aérea para viajar hasta Recife a realizarse injertos de cabello. Nada de ello le impidió al siempre imperturbable Calheiros ser reelecto y volver a ocupar el sillón de presidente de la cámara alta.  AFP