Seguimos en lo mismo

Nos enterarnos hoy que se va a dictar un curso a los burócratas para que eviten la corrupción. Es risible.

El Gobierno ha olvidado que árbol que nace torcido, muere torcido. A un adulto que no recibió una adecuada formación en casa, difícilmente se le va a enseñar ética y moral en esa fase de su vida.

Lo que sí le deben advertir a un burócrata nuevo o viejo, es que será sancionado con todo el rigor de la ley si incurre en alguna falta contra los bienes del Estado. ¡Que no lo duden! El ejemplo citado sirve para creer que un reo va a enderezar su manera de actuar en sociedad por el solo acto de ser privado de su libertad. La mayoría hacen un curso para ser más expertos en delinquir. También me recuerda las prácticas del buen vivir, en la década perdida. Un ministro abrazado de un árbol o su personal comiendo fruta en mitad de su jornada de trabajo. Por estas acciones o mandatos es que pienso que vamos al mismo fin. El abismo nos espera, como en la década robada. Ha cambiado la forma pero el fondo se lo presiente igual.

Por eso vemos a indígenas dictando normas en Economía y faltando a la majestad del Ecuador, representado por el presidente y algunos de sus ministros. Lo más triste para una sociedad normal es que toda la destrucción la pagaremos todos. Cuando no. En crudo y cocido.

Dr. Ignacio Granja Rousseau