La salud del mundo de hoy

Varias enfermedades y epidemias que se creían superadas están de vuelta. Factores socioeconómicos y de políticas estatales en salud han estimulado el retorno de la tuberculosis, el sarampión, la lepra, la viruela, etc. Por eso hoy, Día Mundial de la Salud, hay que meditar su situación, tanto globalmente como en el país.

Cifras y resultados de informes de la OMS dicen cómo los Estados y sus gobiernos enfrentan situaciones de deterioro de la salud. Las enfermedades que causan más muertes en el planeta son la cardiopatía isquémica, la afección cerebrovascular, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los cánceres de tráquea, bronquios o pulmón, la diabetes mellitus, el alzheimer, las enfermedades diarreicas, la tuberculosis, etc. A la par, en el Ecuador se dice: “la salud está enferma”. Y por cierto, de gravedad, pues a pesar de haber tenido ingresos petroleros altos (con precios de US$ 100-120 el barril) esta no fue atendida adecuadamente. La publicidad hablaba de construcción y apertura de hospitales y centros de salud, pero estos carecían del equipamiento necesario.

Se sabe de un Estado que despilfarró más de US$ 360 mil millones en la década anterior, dineros que fueron mal usados. Las deudas cuantiosas con varios establecimientos privados, como la Junta de Beneficencia de Guayaquil, Solca, etc., lo evidencian, ya que al no poder atender a los pacientes en sus centros de salud, los derivó a los de esas instituciones. El cierre del hospital de LEA (aunque temporalmente) demuestra cómo y cuánto el Estado no atiende con responsabilidad, eficiencia y oportunidad a los centenares de enfermos de tuberculosis de esta ciudad.

Este Día Mundial de la Salud, debe servir para que los funcionarios públicos, a través de políticas, reconozcan que ni los discursos ni la propaganda sanan a los enfermos sino el uso eficiente de los recursos y la atención oportuna a las demandas. Asimismo, es necesario que permitan que la prensa acceda libremente a los establecimientos de salud. Solo así se podrá saber su situación actual. No es adecuado que se siga impidiendo que el país se informe acerca de lo que son, lo que hacen, sus limitaciones y sus logros. Esperemos que cambie la política comunicacional de clínicas y hospitales públicos hacia la prensa, para que el Ecuador pueda conocer lo que realmente pasa en las instituciones del Estado.