
La ruptura total en la relacion Moreno-Glas
El presidente tomará decisiones sobre las acusaciones de corrupción. El vicepresidente dice que hay pactos con detractores de la revolución ciudadana.
Las tensiones llegaron a su nivel máximo. La relación entre el presidente Lenín Moreno y su vicepresidente Jorge Glas quedó lesionada ayer luego de que este último hiciera público un comunicado en el que acusa al primer mandatario de estar generando las condiciones para que exista una “corrupción institucionalizada”.
La misiva apareció minutos después de que Moreno dijera, durante una reunión con el Consorcio de Gobiernos Descentralizados del Ecuador (Congope), que no dará su opinión ni a favor ni en contra de un alto funcionario de su gobierno que está siendo objeto de severas acusaciones desde varios sectores de la oposición.
Sin embargo, advirtió que él tiene su opinión personal al respecto, pero que no la dirá porque podría influir en los operadores de justicia, a los que llamó a actuar con independencia. “¿Me han preguntado por qué no lo defiendo o lo ataco? No me voy a manifestar, voy a tomar decisiones sí, pero no me voy a manifestar”, aseveró.
¿A qué decisiones se refería el primer mandatario? La inquietud quedó rondando en el ambiente. Entre algunos exfuncionarios del anterior gobierno, como Alexandra Ocles, ahora secretaria de Gestión de Riesgos, o los asesores presidenciales, Ricardo Patiño y Patricio Rivera, se pudo ver rostros de desconcierto.
No solo por este anuncio, también porque Moreno habló de rescatar los verdaderos ideales de la revolución ciudadana que se habían perdido y ratificó que la situación económica es grave, así como el monto de la deuda externa e interna que deberá empezar a pagar el país.
Quien sí se adelantó a presumir que esas decisiones de las que habla Moreno le podrían afectar fue Glas. “Sé a lo que me enfrento por denunciar de manera frontal lo que está pasando y la posible aplicación de un paquetazo contra mi pueblo”, señaló.
Usando un discurso parecido al del expresidente Rafael Correa, Glas volvió a asegurar que se entregó la administración de Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) a la familia Bucaram y sus allegados. También fustigó que la dirección de los medios públicos haya recaído en periodistas como Fernando Larenas, al que identificó como un opositor de este proceso político.
Glas hizo una infidencia. Dijo que Moreno, luego de reconocer que los Bucaram estaban al frente de CNEL, le pidió que guarde silencio hasta poder solucionar esa situación. “Yo no me puedo quedar callado, no puedo esperar más (...) ya no hay tiempo, la patria no puede perder tiempo”, escribió el vicepresidente Jorge Glas.
Esta misiva cambió todo la planificación de Carondelet. La reunión con los prefectos duró menos de dos horas. Los que no abandonaron el Palacio de Gobierno fueron los ministros y secretarios de Estado que llegaron a la cita.
Aunque el personal de Presidencia negaba la existencia de una reunión de gabinete en los pasillos, se podía ver el movimiento de funcionarios, como el secretario de la casa de Gobierno, Eduardo Mangas, que impartía disposiciones y se reintegraba al diálogo hermético y reservado.
Cerca del mediodía, Patiño abandonó Carondelet, pero retornó a las dos horas. No quiso comentar lo que sucedía, “justamente porque la situación es delicada”, dijo.
También llegó un equipo de televisión que fue identificado por algunos presentes como el que graba las cadenas del presidente Moreno. Desde la Secretaría de Comunicación (Secom) se negó que el mandatario tenga previsto emitir algún enlace en horas de la noche.
Ya en la tarde, se sumó a la reunión reservada el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Carlos Bergmann, que también omitió pronunciarse. En el encuentro estuvo el presidente del Legislativo, José Serrano; el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja; y la secretaria de la Política, Paola Pabón. Hasta el cierre de esta edición, la reunión continuó sin que ningún funcionario del Gobierno dé luces sobre lo que se abordó en ella.
Los partidos instan a Moreno a que pida la renuncia del vicepresidente
La mayoría coincide: el presidente Lenín Moreno debe pedir la renuncia del vicepresidente Jorge Glas. Es la reacción al unísono de los partidos opositores en la Asamblea ante los audios que sugieren que el segundo mandatario estaría vinculado en supuestos actos de corrupción con Odebrecht.
Esto también ha motivado el resurgir del juicio político. Voceros de los movimientos CREO y SUMA consideran que, a la luz de los audios revelados desde Brasil, el Consejo de Administración Legislativa debe rever su decisión y dar paso al proceso en contra del vicepresidente. También instan a que la vacancia legislativa se levante para analizar este álgido tema.
El único partido que no va al mismo son es el Social Cristiano que espera un pronunciamiento de la justicia. El próximo lunes tiene prevista una reunión de bloque para abordar este y otros aspectos.