El equipo. El profesor Luis Buchelli (i) junto a Jorge Contreras, Liseth Obregón, Janina Gutiérrez y David Dáger.

Un robot humanoide con sello milagreno

Cuando era tan solo un niño, David Dáger solía desarmar y armar todo lo que caía en sus manos. Empezó por desbaratar sus juguetes, después desarmaba radios y aún recuerda cuando logró arreglar por primera vez el televisor de su casa. Desde entonces se convenció de la habilidad que tenía, pese a su desconocimiento tecnológico.

Ahora David tiene 23 años y está por recibirse de ingeniero industrial en la Universidad Estatal de Milagro (Unemi).

Dáger es el creador de Sinarp, un robot de 1,80 metros de altura y 250 libras de peso. El prototipo de humanoide es capaz de mover su cabeza, brazos, antebrazos, manos, torso y piernas.

Pero más llamativo aún es el hecho de que Sinarp recibe órdenes dadas con la voz, gracias a un sistema de conexión inalámbrica basada en una aplicación que funciona vía bluetooth, desde un teléfono Android.

La aplicación fue elaborada por Janina Gutiérrez y Liseth Obregón, estudiantes de Ingeniería en Sistemas de la misma universidad milagreña, quienes junto a Jorge Contreras (compañero de clases de David) son los responsables de la construcción de Sinarp. Los cuatro jóvenes universitarios elaboraron el humanoide como su proyecto técnico de grado.

El robot está hecho con acero inoxidable. Sus extremidades superiores se mueven gracias a cilindros neumáticos y servomotores que permiten el movimiento de manos, cabeza y piernas. En una mejora futura del prototipo, este poseerá la función de caminar, auguran sus inventores.

La idea de crear el robot nació dentro de los talleres de Ingeniería Industrial de la universidad. David indica que Sinarp tuvo un “predecesor”: una tableta gigante de 3 metros de largo, capaz de realizar movimientos mecánicos. “Era realmente feo”, admite Dáger, y por esa razón emprendió junto a su profesor Luis Buchelli la construcción de un robot con mejor apariencia, la de un humano.

De esta forma nació el sueño de construir un robot. David y su profesor trabajaron primero el diseño virtual de Sinarp, que posteriormente llevaron a la realidad luego de muchas pruebas y errores superados. Su construcción les ha llevado más de un año, pues la mayoría de las piezas han sido elaboradas por los mismos estudiantes.

El propósito de David, Jorge, Janina y Liseth es que en el futuro el proyecto Sinarp sirva de base para, con más investigación e inversión, construir un exoesqueleto (esqueleto externo) que sirva de ayuda para personas parapléjicas, o implementarlo en el área de rehabilitación para quienes necesiten ayuda para caminar.

El proyecto ha sido tomado en cuenta por las autoridades de su facultad para que sea inscrito en los ‘Galardones Nacionales 2016’ que organiza la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt) y que se desarrollará en noviembre próximo.