Tapas a medio levantar son comunes de encontrar en el centro de Guayaquil. Se trata de la señal de que allí hubo un atraco de cables.

El robo de cables soterrados crea otro problema al Cabildo

Se estima que anualmente existe un perjuicio de medio millón de dólares por el robo de cableado.

En noviembre de 2016, la administración de la Regional 5 de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) suscribió un convenio con la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) para coordinar una respuesta inmediata e integral ante los constantes robos de cableado. Ese año, en junio, habían sido sustraídos dos kilómetros de cable. A los delincuentes les llama el cobre.

El pasado domingo, el presidente del barrio patrimonial del Salado, Gustavo Rivadeneira, envió a este Diario un vídeo en donde un hombre arrastra decenas de metros de cable por una calle céntrica. El mensaje es claro. El dolor de cabeza por este tipo de hurtos no cesa ni con cámaras ni con denuncias.

Se trata de una problemática que no es novedad. Hace dos años, los constantes atracos afectaron varios parques del norte, en ciudadelas como Alborada y Los Ceibos, e incluso en zonas céntricas, como el parque Centenario o el puente del Velero. En esas ocasiones, los cables que se llevaban eran los eléctricos.

La situación ha obligado al Municipio a reinventarse en materia de seguridad, incluso de forma extrema. El gerente de la Fundación Siglo XXI, Wilfrido Matamoros, contó ayer a EXPRESO que los contratistas que soterran los cables ahora optan por cargar de energía el área del soterrado, por si llega algún pillo.

Pero ni la electricidad ni ninguna medida evita situaciones como las que denuncia el presidente del barrio del Salado y esto acarrea una afectación directa a los moradores de los sectores afectados. Sobre todo cuando los robados son cables telefónicos.

Vídeo

Con las manos en los cables

Un hurto registrado en julio pasado, por ejemplo, afectó a todos los predios de las calles Luque, Esmeraldas, Vélez, Los Ríos, Aguirre, José Mascote y sus alrededores. Más de 3.000 abonados quedaron sin servicio. Uno de ellos es el empresario David Abramowicz, propietario de una compañía de repuestos ubicada en las calles Vélez y Esmeraldas.

“Esto es fácil. Si nos quedamos sin servicio telefónico, ya sabemos que otra vez se llevaron los cables”. Abramowicz se oye desilusionado. Los robos en la zona son comunes, al menos tres veces al año. Lo que viene con los robos es lo que odia: pérdida de ventas, de tiempo, quejas que no reciben ayuda inmediata. “La última vez estuvimos casi tres mes sin teléfono”, se queja.

No solo el centro es atacado. En mayo de este año, ante esta problemática, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) tomó acciones para resguardar los bienes públicos y el servicio a los clientes en la ciudadela Bellavista.

Se activó el Sistema de Protección de Cables que posee la red telefónica, a través del Centro de Gestión de Seguridad de la Corporación y alertó a los miembros de la Policía Nacional, lo que permitió la captura de dos sospechosos.

El empresario David Abramowicz aconseja a las autoridades trabajar en conjunto para la erradicación del problema. “Que la Policía haga su trabajo. Todos los esfuerzos parecen ser estériles”, sentencia.

La obra

Adiós a los cables de la Portete

Una de las avenidas más conflictivas en lo que respecta a desorden de cables está en proceso de modificación, aseguró a EXPRESO el gerente de la Fundación Siglo XXI, Wilfrido Matamoros.

Se trata de la Portete. Actualmente está intervenida la zona con soterramiento de cables desde la 11 a la 17. La obra costó 1,5 millones de dólares.

El próximo año está previsto avanzar en esa avenida desde la 17 a la 26, con un monto de inversión de 2,4 millones de dólares.

La Portete, recuerda Matamoros, es una vía principal, por eso se analizó que el soterramiento sea completo, como lo es actualmente en la 9 de Octubre.

En esa zona hay una constante queja por las golondrinas, que anidan y causan molestias.

Voces
Wilfrido Matamoros, gerente de la Fundación Siglo XXI

No importa cuán aseguradas queden las tapas, siempre habrá algún delincuente que se lleve los cables. Con ojos de águila buscamos a los culpables.
David Abramowicz, empresario del barrio patrimonial del Salado

Si no hay una coordinación efectiva entre las autoridades del Cabildo, la Empresa Eléctrica y CNT, y las de la Policía, no habrá solución. Esto es una mafia.