El reto de estudiar en tiempos de crisis

El reto de estudiar en tiempos de crisis

Estudiar en universidades privadas es una opción que toman los jóvenes ecuatorianos para mejorar sus oportunidades. Sin embargo, el pago de pensiones puede ser igual o más alto que la canasta básica familiar ($ 691,38) y dificultar sus metas.

Estudiar en universidades privadas es una opción que toman los jóvenes ecuatorianos para mejorar sus oportunidades. Sin embargo, el pago de pensiones puede ser igual o más alto que la canasta básica familiar ($ 691,38) y dificultar sus metas. Por eso, estudiantes y universidades buscan estrategias para asumir el pago de la carrera en tiempos de recesión económica.

Carolina Valdivieso, estudiante de Comunicación Social, cuenta que le ha costado mucho estudiar en una entidad privada desde hace cuatro años. Ha “trabajado por horas o freelance (independiente)” para completar sus mensualidades pero siempre ha tenido dificultades para cubrir los demás gastos. “Por mi carrera pago $ 450, es decir, en el semestre me toca pagar $ 1.720. Escogí una universidad privada, a pesar de todo, por el prestigio y la calidad”.

Génesis Valdez, de Contabilidad y Auditoría (CPA), optó por un trabajo tiempo completo que compaginó con clases en las noches y los fines de semana, ya que su familia no podía apoyarla económicamente. “Todo mi sueldo ha sido para pagar la universidad, pero este semestre el valor mensual fue de $ 604 dólares y tuve que hacer un préstamo al banco. Con mi sueldo, no alcanzaba”, se lamenta.

A eso hay que añadir, entre 100 y 200 dólares para alimentación, transporte y material de estudios, según estiman.

Conscientes de que esta dificultad se agudiza en los últimos tiempos de crisis económica nacional, las instituciones privadas han aumentado planes de descuento o becas que no alejen a los estudiantes de sus metas académicas.

Audelia High, rectora de la Universidad Casa Grande (UCG), comenta que a pesar de la recesión se han visto “favorecidos por la lealtad” de los alumnos y han tenido “una mínima reducción de ingreso del alumnado del 2 %, aproximadamente”. Claro que para ello, han aumentado las becas un 3 % este año.

“(Las becas) aumentan porque la gente no puede pagar. Antes podían, pero ahora no. Comenzaron teniendo un plan de financiamiento y sabían cómo iban a pagar, pero factores externos los liquidaron”, resume el panorama que afrontan los jóvenes y sus familias.

Joaquín Hernández, rector de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), asegura que han congelado los costos para los estudiantes desde el 2013. Y además, ha profundizado sus programas de ayuda financiera a los estudiantes en un 18 %.

‘Hoy por ti y mañana por mí’ es una de las alternativas crediticias de esta institución para alrededor de 200 estudiantes con buen expediente académico que atraviesan por una calamidad financiera. También se ha ampliado en los últimos tres años, reconoce el rector.

Pero los centros de estudios tampoco descuidan sus cuentas y sus metas. Son entidades sin fines de lucro que reinvierten sus utilidades en desarrollar planes de estudios. Y eso requiere planificación a mediano y largo plazo, sin dejar de lado los requisitos de calidad. Ni siquiera en tiempos de crisis que tocan por igual a instituciones y futuros profesionales.